sábado, 30 de noviembre de 2013

28 Colaterales.




   -¿Llevas mucho tiempo ahí, escuchando? ¿Qué es lo que has oído?
   -Llevo el suficiente para haber visto lo que estás haciendo.
   -Pero ¿Qué has visto?
   -No lo sé. Bueno creo que sí lo sé. Te lo cuento y me corriges.
   -Vale. ¿Qué sabes?
   -El resumen sería el de un abuelo hablando con su nieta, en conectivo. Pero he visto más.
   -Te estás aprovechando de la situación Héctor. Date prisa, antes de que alguien nos detecte.
   -Creo que has enseñado a Olatz a conectar y desconectar. Me ha parecido algo mecánico, como si al pasar las manos acariciándole la cabeza, hacia atrás le abrieras la conexión. Muy suave y tranquilo. Es el ejercicio que me enseñó Tanya, pero en lugar de hacerlo pensando se lo has hecho mecánicamente, a mano.
   -¿Y has detectado eso? ¿El modo en que lo he hecho?
   -No en su totalidad. Justo estabas ayudándole a abrir la conexión cuando de improviso se la has cerrado. No sé para qué.
   -¿Cómo que no sé para qué? Porque he notado algo raro y al no saber lo que era he cerrado. ¡Y eras Tú! Has conseguido esconderte de tal modo que he pensado que estaba solo.
   -Y ¿Qué tal? ¿Has conseguido contactar y charlar con ella? ¿Se ha asustado?
   -Por ella bien pero es imposible intentar comunicarte con los críos. No consigues que te hagan caso. Coincides en bastantes pensamientos o estados de ánimo, los básicos. Los lees, pero luego te quedas sin herramientas, no aciertas a hacerle entender lo que les dices. Lo leen pero la mayoría de las veces no hacen nada con ello. Y si te pones pesado se bloquean y estás perdido.
   -Y esto que haces con los pequeños conectantes ¿lo sabes tú solo o lo sabe alguien más? Porque no te irás de este mundo con todos tus secretos. ¿No?
   -Todo esto está salvaguardado y no tengas prisa en saberlo o despacharme de este mundo. Estas cosas tienes sus fases de aprendizaje, niveles y ritmos.
   -Entonces ¿Qué tal Olatz? ¿Buena conectante?
   -Tiene pinta de buena y es bastante accesible. Se deja trabajar. Pero no lo sabe nadie. Ni tú.
   -O.K. Soy una tumba.

   -A todo esto, nos vamos mañana por la tarde. Tenemos el avión por la noche. Si no te importa, nos llevas a Madrid, charlaremos por el camino.
   -¡Joder Vasili! ¿Lo sabe alguien más?
   -Se lo adelanté a Yelena. Está avisada. Víktor parece que se queda unos días, tiene tiempo de pensárselo hasta la fecha actual del vuelo. Creo que le habéis impresionado; el lugar, la gente.
   -¿Y te vas por algún motivo especial?
   -Me ha llegado información de Igor de que me están buscando; me toca mover ficha, así que vamos a comenzar moviendo el culo. No quiero tener problemas aquí, con vosotros de por medio; y menos lejos de casa, donde no controlo. El domingo llegamos a Moscú, donde tengo un par de días de trabajo.
   -Teníamos previsto comer el domingo en casa, Tanya se te va a enfadar.
   -Sí, es el carácter de Tanya. No puede ser. Ante todo la seguridad. Hablaré con ella. Le queda Víktor, eso la calmará un poco. Tratadme bien al chaval, es algo de pueblo, no me lo polucionéis demasiado con vuestras costumbres capitalistas. Es una joya en bruto.
   -Hablando de Víktor, los temas como el de la hibernación los controla él ¿no? Porque puede que estuviera trabajando sobre esos temas allá en Kamchatka.
   -¿Qué? ¡Pero! ¿De dónde has sacado eso?
   -Tranquilo, no te lo he leído. Es una de mis conclusiones de brujo, como me llama Tanya.
   -¡Pues borra eso! Es peligroso tener esa información a mano.

Hay moros en la costa conectiva así que el tema se ha cortado aquí, y digo cortado porque no lo hemos zanjado, supongo que Vasili encomendará a su hija el trabajo de hacerme pasar por el aro, adquiriendo hábitos seguros, costumbres y maneras más disciplinadas. Manu militari.

La conversación ha transcurrido el viernes 22 de junio por la tarde, en casa de Irina y Beñat.
Vasili ha ayudado a dar los primeros pasos conectivos de su nieta. No me lo esperaba.
Ahora entiendo que no hubiera detectado nada en Olatz, tenía cerrada la conexión.
Irina se va a preocupar. Habrá que hacer algo al respecto, preparar el camino. También se lo deberé ocultar a Tanya, si puedo.

No pasaba nada últimamente pero se acabó la paz. Ahora tengo que tener un cuidado especial.
El sábado después de comer, en Donostia, salimos Víktor y yo, de chóferes con el matrimonio Yurchenko. Llegamos con tiempo al aeropuerto y antes del que pasen a la zona de viajeros nos despedimos en la cafetería. Ellos toman un café y nosotros picamos algo para el viaje de regreso.
El vuelo sale a las diez y media, nosotros salimos en coche una hora antes.
Conducimos a turnos y para las tres estamos en la cama. Tenemos invitados a comer.

El domingo 24 de junio amanezco a las nueve. Tanya hizo compras ayer, así que no tenemos agobios. Tampoco nos vamos a complicar la vida con platos de mucha elaboración. Entrantes sencillos y principios de plancha.

La comida ha sido agradable. El tema del día es fácil, hablamos de los que se acaban de ir; siempre se pone a caldo quien falta. Probablemente les zumbarán los oídos debido a algún comentario irónico sobre ellos, en especial sobre Vasili. ¡Cómo no!
Después de comer y recoger la cocina nos ha entrado el sueño a todos. La siesta parece que estuviera programada.

Son las seis de la tarde cuando salimos a estirar las piernas. A pasear por la calle, que hace buen tiempo y llevamos todo el día dentro de casa.
Según vamos por la calle Biteri, en grupos, cada uno a una conversación diferente, Olatz deja a sus padres para acercarse a nosotros, que vamos algo adelantados, llega a donde nosotros y sigue hacia Tanya, que se ha adelantado para mirar algún escaparate, o quizá una pastelería.

No le hemos dado importancia, total, no tiene pérdida, la debe tener casi a la vista. Por si acaso me aseguro y le pregunto a Tanya si Olatz está ya con ella, desde aquí no la veo.
   -No Héctor. No está aquí. ¿No se habrá escondido y estará esperando a sus padres?

No me parece haber estado tan despistado así que me vuelvo hacia Irina y Beñat, que vienen algo más rezagados. Están concentrados en la conversación.
   -No Héctor. Hace un buen rato que no está con nosotros. Estará con Tanya.

Tanya ha recibido lo que acabo de oír, al igual que Víktor, quien va revisando la calle por si es que se ha podido ir hacia alguna otra parte. Estaba a nuestro lado, no puede haber ido muy lejos.

Espero que solo sea un susto y aparezca pronto. De momento nos separamos para ampliar la zona de búsqueda. Incluso entramos en los pocos establecimientos que se encuentran abiertos.
Va pasando el tiempo y nos comenzamos a preocupar.

   -Al venir hacia aquí esta mañana me he mosqueado con un coche. No sé claramente por qué pero me ha dado la sensación de que podían estar siguiéndonos. Me ha parecido una tontería, espero que no esté relacionado con esto porque si tiene algo que ver es algo serio. No me puedo quitar de la cabeza esa sensación -dice Beñat- no se lo he dicho a Irina para no preocuparla con tonterías.

Me paro, apoyo contra la pared; me concentro en buscar señales conectivas y enfoco la intención en la imagen de Olatz. La visiono y difundo, lo más fuerte que puedo. Voy lanzando búsquedas, como a impulsos, no sé por qué lo hago así, es parecido a cuando llamas a alguien.
   -¡Olatz! ¿Estás ahí?

Tanya, que lo ha oído se me acerca corriendo, mientras me pregunta.
   -¿Qué haces Héctor? ¿Por qué llamas así, en conectivo?

No le hago caso porque estoy concentrado en recibir algo, me ha parecido sentir una especie de sombra, algo muy borroso, no sé de quién, pero hace un rato no lo percibía y ahora sí. No sé si es algo real o es lo que quiero oír y me engaño a mí mismo.
A los pocos segundos parece como si oyera un “Sí, estoy aquí”. Pero a saber dónde es ese aquí.
   -¿Es ella la que contesta o es mi imaginación? -. Dice Tanya.
   -Vamos a jugar a algo Olatz. Dime qué es lo que ves, tú mira a tu alrededor para ver si lo conoces, o si hay algún escaparate con juguetes, o de cosas comer, como pasteles o caramelos.

No sé hasta dónde me habrá entendido esto. En convencional habría entendido algo, en conectivo puede que más, son cosas que conoce, y las puede pensar, lo de llegar a pronunciarlas es más complicado, necesita encontrar la palabra que corresponde a cada expresión o pensamiento. Estos enanos hablan poco para lo mucho que entienden.

   -Estoy comiendo un caramelo, me lo ha dado ella, es de fresa. Ayer me dio uno igual.
   -Muy bien, muy bien, pero ¿Qué es lo que estás viendo?

Sorprendentemente me aparece una imagen borrosa de la calle. Casi es una calle, son unos soportales al lado de una calle, que se termina. Luego veo una construcción acristalada donde a su laso pasan gente y vehículos, se mezclan. ¡Es la rotonda de Niesen!, en la Carretera General, o lo que fue hasta que construyeron la variante.
   -Muy bien Olatz. Lo estás haciendo muy bien. Sigue mirando un poco más.
   -Me he tragado el caramelo, no se lo digas a Irina porque no me deja comer caramelos duros, solo los blandos, y si los trago no me da más.
   Tranquila, no se lo diré pero sigue mirando lo que ves.
   -Ahora vamos a entrar en un coche. Me ha dado otro caramelo.

¡Joder! ¡La están raptando!. Y veo la imagen del coche, es uno pequeño, blanco con una banda azul en el costado, con dibujos y letras. La cría se fija en una cantidad tal de detalles que me parece mentira que pueda ser verdad. Vasili tienes una nieta mundial.

   -¿Lo habéis visto no? Es un secuestro. Los del coche son dos, a los que voy a seguir, ya voy corriendo hacia allá. Seguro que debe haber alguien más por aquí, donde íbamos paseando antes. Explícales esto a sus padres y que Víktor se ponga a localizar a los de aquí.
   -Estoy en ello, de momento no veo nada.
   -Actuad como si la hubiéramos perdido y dejad pasar algo de tiempo hasta buscar a la policía municipal, normalmente encontraréis alguno cerca. Aunque nunca están cuando de verdad se les hace falta.

   -Voy a parar a alguien para que me lleve. El secuestro está bien planificado. El vehículo debe ser robado, parece de alguna empresa, por lo de la propaganda. ¿Podéis confirmarlo con Beñat?
   -Efectivamente, el coche de la mañana coincide con lo que ha dicho Olatz.

Irina no sabe lo que pasa. A nosotros no nos oye y lo que preguntamos a Beñat no lo entiende.
   -Que Beñat llame dentro de poco al 112, además de que conviene contactar con los municipales. Tanya, llama a Kixkur y que me llame, también conviene contactar con Ion, el de Protección Civil de Ore.
   -Otra cosa. Esto tiene que ver con Vasili, así que es algo serio. Recordad, son gente peligrosa.

Por la calle Alfonso Once, llegando al paso de peatones de junto a la rotonda veo que se me acerca un motorista, en un ciclomotor, uno de los de sin carnet. Me pongo en su camino haciéndole una seña para que se pare, sonriendo, como si se lo pidiera por favor. En un momento he pensado en quitarle la moto, así, directamente, pero lo he pensado mejor, necesito las manos libres para hablar por teléfono, así que me voy a arriesgar.
En el momento de dirigirme a él recibo una señal de Olatz, desde dentro del coche, está pasando por la “Estación del Norte”, en dirección hacia Lezo. Un bravo por la enana.
   -Hola. ¿Me puedes acercar hacia Lezo? Tengo una urgencia. ¿Me harías ese favor?
   -No tienes casco, y no llevo otro aquí.
   -Vale, la multa y la bronca a mi cuenta, pero vamos ya. ¡Por favor!

No se lo piensa dos veces, hace parar a dos peatones mientras casi me caigo al montar y sale zingando sorteando dos coches en la rotonda, pasando del semáforo que encuentra en la salida hacia Lezo y dando todo el gas que tiene. Son 49 Cm3, no tiene más fuelle.
Cuando salimos de la rotonda de la estación, veo a lo lejos el vehículo, está esperando el semáforo anterior a la rotonda de Altamira, lo tenemos controlado.
   -Puedes bajar el pistón. Estoy siguiendo a aquél coche blanco, y no quiero que lo sepan.
   - A la orden Héctor -¿Héctor? ¿Sabe mi nombre? Me lo habré imaginado.

Suena el teléfono. Es Kixkur. Tanya no le ha contado nada, solo que me llame. Urgente.
   -Acaban de secuestrar a Olatz, la sobrina de Tanya. Seguro que van a por Vasily pero no saben que ya se ha ido, se fue ayer, ahora estará en, bueno eso (me doy cuenta de que el de la moto me estará oyendo todo, así que habrá que hablar con cuidado), Beñat ha llamado al 112 y Tanya a Ion. Ellos están en Ore haciendo el paripé ante otro posible grupo de vigilancia, haciéndoles creer que buscan a una cría que se les ha perdido. Mejor que crean que no sabemos lo del secuestro, se pondrían nerviosos. Yo los sigo hacia Lezo, no sé si seguirán hacia Gaintxurizketa o hacia Jaizkibel, no creo que vayan a entrar en Lezo o Donibane. Víktor se encarga de las escuchas en Ore, quizá haya algún conectante, que no será de por aquí. ¿Todo entendido?
   -¡Joder Héctor! Sí, entendido ¿Qué quieres que haga?
   -Necesito gente de paisano, han girado hacia Jaizkibel. Necesito que vengas pitando, a mil por hora, si hace falta con los pirulos puestos. Me llamas cuando llegues a Lezo. Entras por la variante que pasa lindando al puerto y me esperas en el semáforo de salida hacia Doni.
   -Vale, estoy en el coche. Acabo de dejar a Zuriñe en casa así que salgo ya. Quince minutos.

El chaval de la moto ha seguido despacio y ha aparcado en la parada del autobús, por lo visto los secuestradores han entrado en Ijurko, el grupo de casas al lado derecho de la carretera. Nos bajamos de la moto y la apartamos algo para que no moleste al autobús.
   -Le puedo llamar a mi hermano, es policía municipal de aquí, de Lezo y ahora está de guardia.
   -¿De qué me conoces? –. Sigo con la intriga. Hasta que se quita el casco.
   -¿Y ahora? -. Me dice.
   -Del gimnasio, claro. Con el casco no te he llegado a conocer.
   -¿Pero le llamo?
   -¿A tu hermano? Si, por favor. Que se deje ver un poco por esta zona, sin fijarse en nadie, solo para ponerlos nerviosos y puedan cometer algún fallo.

Vemos que los raptores han aparcado de modo informal, donde no se debe pero sin molestar al tráfico, van a salir pronto.
   -Me gustaría que fueras hacia donde están ellos, sin mirarlos. Tú observas lo que hacen y me llamas, te digo el número.
   -Perfecto porque ahí vive mi novia, me estará esperando.

Le dejo mi móvil y se hace una perdida. Ya tenemos nuestros números. Le pido que, si puede, salga antes que ellos y se acerque hacia la entrada de Doni, justo en el cruce, tras la caseta de bombeo de aguas residuales, si va con la novia no van a llamar la atención, una pareja a escondidas. Tiene que fijarse hacia dónde se dirigen los del coche. Si entran en Doni por abajo, por la Térmica, si lo hacen por el camino del cementerio o si toman hacia arriba, hacia Jaizkibel.
En cuanto lo vea me llama. Yo espero a Kixkur y subiré en su coche.

Recibo otra imagen de Olatz, parece que necesitaba orinar y la raptora se ha debido esmerar, mejor un crío tranquilo que uno con la típica pataleta inaguantable. Me tranquiliza conocer que de momento la están tratando bien. Demasiado bien si lo comparo con mi secuestro en Petropavlov.

Aparece un coche de la Policía Municipal por la carretera y pasa despacio, muy despacio, por la entrada por donde han pasado los raptores, parece que revise que todo está bien, si hay coches que molestan y ese tipo de vigilancia, de base. Esto debe hacer moverse a los perseguidos porque aprecio, desde donde me he parapetado, tras el quiosco, que entran en el vehículo y se disponen a marcharse.

Contesto a la llamad telefónica de Kixkur.
   -¿Puedo hablar en abierto o hay moros en la costa?
   -Creo que está libre, y te copio, cuelgo y pasamos al conectivo. Es más barato.
   -Estoy donde me has pedido, en el semáforo, si viene alguien detrás de mí se va a tener que joder. No le dejo pasar.
   -Acaban de salir, van en el coche pequeño blanco con propaganda azul en la puerta. Yo voy hacia ti, llego en un boleo.
   -Los veo. Van uno delante y una detrás, no he llegado a ver a la pequeña.

En dos minutos corriendo cuesta arriba llego al semáforo, que está en verde para Kixkur. Éste sale y yo monto en el coche cuando se para en la mitad de la carretera. Vaya pareja de dos.
   -Dale hasta el cruce pero vete despacio, nos tienen que informar ya.

Y en ese momento suena el móvil. Han tomado hacia Jaizkibel.
Llegamos al cruce y paramos un momento, de mala manera, justo a la salida de la curva. Salgo del coche y me dirijo hacia donde deben estar la pareja de nuevos ayudantes.
Aparece el chaval con una rubia más alta que él a su lado.
   -Han dudado un poco en el cruce, no conocerán bien la carretera porque se han fijado en los letreros indicadores y luego han seguido para arriba. No van muy rápido, puede que no quieran tener ningún contratiempo.
   -Por cierto, tú sabes mi nombre pero no recuerdo el tuyo.
   -Gorka. Y ella es Aitziber.
   -Pásale mi número a tu hermano, por favor y le cuentas que necesitaremos ayuda. Éste es Kixkur, ertzaina, también está en el ajo, esta vez de extraoficial. Nos vamos, no los quiero perder.
   -A nuestra cuenta. Nos organizamos y esperamos.
   -Ahora sin el casco sí que me acuerdo de ti, en serio. Hasta pronto Gorka y compañía.

Son las siete y media pasadas. Tiramos hacia arriba. Kixkur conduce con mucha precaución. Tenemos un dilema. Si vamos más rápido que ellos nos pueden ver que vamos detrás, y, lógicamente, al ir más rápido los deberemos pasar. Si por el contrario vamos más despacio puede que perdamos la comunicación con Olatz. Sin solución. Esperamos tener suerte.
Y la suerte debe venir de mano de ella, de Olatz. Esperamos ansiosamente una conexión. Que no llega. Paciencia.

Kixkur se ha puesto en contacto con el grupo de apoyo que espera de la ertzaina. Vienen cinco, en dos vehículos. Dos de paisano y tres de uniforme y coche oficial.

Conocemos la subida así que sabemos en qué lugares van a dudar los de delante y en cuáles otros no hay muchos motivos o posibilidad de detenerse, así que entramos con mucho cuidado en los que hay y aceleramos en cuanto vemos que están libres.
En la primera posible desviación notoria, la que por una pista estrecha baja a Doni, hacia Arrokandieta, que luego pasa por la Ikastola, se han detenido a decidir. Nos hemos parado a tiempo, demasiado cerca para mi gusto pero no hay otro remedio. Kixkur deja que el coche ruede hacia atrás, salimos de su vista y esperamos.

Arrancan de nuevo y continúan. En adelante tenemos bastantes motivos para estar atentos. Seguimos a impulsos, haciendo recorridos hasta la siguiente curva, el siguiente cambio de rasante. Se está haciendo eterno. Nos quedamos un rato después de haber pasado la cantina. Hay un espacio al lado de la valla de la GR. Me concentro intentando conectar con Olatz.

Ha sido el momento oportuno, recibo una visión. Están saliendo del coche, hay un espacio amplio donde aparcar y la carretera queda a la izquierda. “La curva de los cazadores”. Justo después de haber dejado la entrada que baja al campo de tiro. Avanzamos el coche hasta el pinar que da paso a una bajada. Arriba hay espacio para dejar varios coches en la hierba.

Allá esperamos. No sé a dónde se dirigen, pero van por una zona muy conocida, y la cría va a pié. No podrá seguir así mucho camino. No he visto bien, creo que ahora la pueden estar llevando en brazos. Esto ya sí es más normal.

Aprovechamos para contactar con Tanya y recibir noticias. Ella está haciendo de cebo, dejando escapar detalles de la búsqueda, para que Víktor descubra a los posibles conectantes. Tiene fichado a uno, poco hábil a decir de Tanya, quien tiene a sus órdenes a un par de ayudantes, no conectivos, que pueden pasar por eslavos.
Los tienen localizados y bajo vigilancia así que cuando sea el momento los podrán detener.
Tanya está teniendo que intervenir como traductora para Víktor; el grupo de apoyo de la ertzaina no habla ruso, y no coinciden con el inglés. Por lo visto llevan un rato intentándolo y no hay manera. Son ocho, cuatro de paisano y otros cuatro de uniforme. Asunto controlado.

Llamo por teléfono a Gorka. Vamos a necesitar apoyo aquí arriba, municipales y lo que encuentre, a ser posible montañeros, dado el lugar hacia donde parece que va a derivar la acción.

Olatz ha dejado de emitir desde hace un rato. No estoy seguro pero puede que esté llorando. Se habrá aburrido con la novedad del juego y necesitará a alguno de los padres.
   -Hola Olatz. ¡Ánimo! Soy Héctor. ¿Qué tal estás? ¡No estarás llorando!
   -Quiero estar con la amá.
   -Ahora voy a buscarla. No está aquí. Oye, dime por favor lo que ves, como antes. ¡Hale! ¡Venga!
   -No puedo, estoy en un agujero.
   -¿Un agujero muy cerrado o una especie de escondite, contra una piedra?
   -Sí, un escondite, como el armario de casa.
   -¡Anda! Intenta mirar un poco, a ver lo que ves.

Tenemos la suerte de que haya sido en verano y a esta hora hay luz de sobra.
Olatz ha conseguido mirar hacia el exterior y no hemos podido tener más suerte. Lo conozco.
Es una visión clara, hacia el 2º torreón, con los repetidores de radio y TV al fondo, cerca de la cumbre. Hacia la izquierda queda la carretera. Tal como lo veo y si están en un escondite, se trata de un cobertizo bajo una gran piedra, y donde no hay piedra está lleno de vegetación muy cerrada, solo está accesible una pequeña zona que hace las veces de entrada. Se han arriesgado mucho porque están en plena ruta montañera. Es una GR y a esa hora puede pasar gente aún. Siempre podrán hacer como que se han parado a descansar, pero están en el lugar equivocado.

Bueno, equivocado para ellos y perfecto para nosotros. Lo que sí es, es un buen vivac. Protegido del viento y de la lluvia, aunque no de los curiosos.
   -Muy bien Olatz. Con esto me vale. ¿Qué tal estás?
   -Quiero estar con la amá…
   -Tranquila, hale, ahora llora un poco. Mientras tanto la voy a buscar, espera un poco ¿Vale?
   -Siiiiiii… -. Y se pone a llorar. Los tendrá entretenidos.

Si están en ese lugar, porque también coincide que han dejado el coche en la curva, a unos doscientos metros en línea recta, puede que tengan la intención de pasar la noche, y me extraña; si se hubieran fijado sabrían que es un lugar de paso, totalmente inadecuado.
Me choca porque por un lado me parece inadecuado, por el lugar y por pasar la noche en lugar de dejar tierra de por medio, cuanto antes, y por otro lado, parece haber sido bastante elaborado, por lo de la cantidad de gente implicada. Me desorienta el planteamiento, parece bueno y malo.

Olatz debía conocer a la secuestradora lo ha comentado ella. Este lugar no ha sido improvisado, no lo eliges si no has estado antes aquí. Y es cuando me doy cuenta de un pequeño pero importante detalle. Estarán vigilados.
   -Oye Kixkur. Nos tenemos que separar. Yo me quedo aquí, en el pinar, subiré hacia el camino de arriba, la GR. Tú sigue, no muy rápido para poder observar, ni demasiado lento para que piensen que observamos, y te fijas si en la curva grande después de la pista de los militares han dejado el coche aparcado. Es la imagen que ha enviado Olatz. Pero no te pares, sigue hacia el alto y miras si hay algún vehículo aparcado unos trescientos metros más adelante, en la zona habilitada de la izquierda. Seguro que hay algún grupo de vigilancia.
   -Ahí siempre hay algún coche, no sé haciendo qué pero no falla.
   -Pues tendrás que pasa viéndolo bien, pero que no se note que miras.
   -Mira haré lo que pueda, miro y te llamo.
   -Puedes parar algo más adelante, tienes la zona de meta de las pruebas de carreras de coches, a medio kilómetro o así. Antes de la caseta de vigilancia. O también puedes meterte en la cuneta a la derecha, alguna vez he visto ahí algún vehículo, probablemente de algún cazador.

Kixkur se va y yo me acerco andando hacia el sendero balizado GR-121, marcas rojiblancas, que pasa justo por la entrada al zulo, que más que zulo es un zarzal junto a una gran roca de arenisca.
Una vez llegado al sendero voy avanzando, paralelo a un campo de hierba a mi derecha, y avanzo muy despacio hasta llegar a un punto desde el que se puede ver el segundo torreón. Me quedo a unos metros del punto, agazapado tras una piedra. Pueden tener alguien en el torreón, porque desde él se vigila perfectamente la entrada del zulo.
Si tienen unos buenos prismáticos y me dejo ver puede ser un fallo grave. Hasta ahora deben pensar que lo tienen todo bajo control, mejor que sigan pensándolo.
También pueden tener algún equipo de captación térmica, y con esos equipos no vale esconderse tras el enramado de un árbol, o la vegetación. Debemos considerar todas las opciones.

Kixkur reporta por teléfono, por si hubiera conectivos.
   -Hay solo un coche aparcado en la curva, el que hemos seguido. Está bien aparcado, como si fuera para mucho rato, no está de cualquier manera, como el que lo deja para salir enseguida.
   -Perfecto, se piensan quedar. ¿Y más adelante?
Más adelante hay aparcada, con el morro hacia el escondite, una furgoneta, con gente dentro, creo que mirando hacia el zulo, con prismáticos o cosas parecidas. Cuando he pasado, he visto por el retrovisor que una persona, con una bolsa en la mano, pasaba la carretera y enfilaba hacia el segundo torreón. ¿Irá a vigilar?
   -Seguro que sí. Los van a controlar desde los dos lados. Pero dejan todo el resto al descubierto.
   -Sí, pero desde esas otras partes no se les puede ver.
   -Pero se puede llegar hasta encima de ellos.
   -¿Qué pinta tenía el que ha tirado hacia arriba? ¿Era de aquí o tenía pinta de fuera?
   -¿Conduciendo nervioso, mirando por el retrovisor y pendiente de saber cuántos son los de la furgoneta, qué hacen y qué marca de binoculares usan? Pues no.
   -Vale Kixkur, tranquilo, por si acaso pregunto. Oye, ¡No te habrás fijado en el tipo de furgoneta, si tiene dibujos, la matrícula o algún detalle que pueda ayudar!
   -Vete a la mierda. ¿Llamo a mis colegas?
   -Si. Que los dos coches se vayan acercando hasta el merendero. De momento que suba uno, con una pareja de novios dentro y que aparquen donde la furgoneta, algo apartados pero cerca, que se pongan a hacer las series de arrumacos y carantoñas de rigor de las parejas que suelen ir ahí, no hace falta que lleguen a la parte de los condones, supongo que lo tendrán ensayado para estas ocasiones. Pero que se fijen en la matrícula modelo exacto y dibujos exteriores si los tiene. Que no hagan como tú. Yo llamo al equipo de Lezo.
   -No he detectado conectividad al pasar. Hasta luego.

Llamo a Gorka y le digo lo que espero que hagan ellos. Hay que anular al que ha ido de vigilancia al Torreón, saltando sobre él desde la ladera sur, la contraria al mar. Hay bastante vegetación, un poco incómodo para subir hacia él, por lo de las zarzas y matorrales, pero les sirve para acercarse sin que los vea, siempre que no hagan ruido.
Ojo, lo debemos sincronizar con la detención de los de la furgoneta, para que ninguno pueda dar una señal de alarma, y sin que se percaten los del zulo. También ellos se pueden acercar hacia el merendero. Intento explicarle por dónde se pueden acercar pero no me deja.
   -Lo único que faltaba, le vas a explicar a un cazador de Lezo cómo llegar al torreón sin que le vean. ¡Déjanos esto a nosotros, Héctor! Esto es más emocionante que esperar el pase de paloma.

Pasan de las ocho y media. Momentos de espera y de pensar en todo. ¡Y a todo esto!
   -Oye Gorka. ¿Qué es eso de Cazadores?
   -Sí, bueno. Son los amigos de mi hermano que cazan por esta zona, bueno, por toda la zona, y conocen cada centímetro cuadrado de Jaizkibel. Si llevas a uno con los ojos tapados, sabe siempre dónde está, y si los bajas desde un helicóptero con los ojos vendados, les basta ver un metro cuadrado, solo del suelo, para ubicarse.
   -Y eso sin exagerar. Cazadores, claro. Osea, que lo van a cazar sin que se entere.
   -No tengas la menor duda. Tu nos das veinte minutos, y a partir de ahí solo tienes que indicar el número de segundos que deben pasar hasta que lo tengamos abatido.
   -Ya, pero lo queremos vivo.
   -¿Un poco magullado importa?
   -Vale. ¡Oye!, atentos a que no os vean desde el zulo donde tienen a Olatz.
   -Controlado, ni pasan por ahí, ni se dejan ver, ni hacen ruido. ¿Algo más? Ya sabes, como pronto veinte minutos.
   -OK, si hay novedades te llamo. Tú los gestionas.
   -¡Marchando una de malhechor en el torreón!

Toca esperar a que lleguen los polis del coche, debieran llegar pronto.
No he tenido más imágenes o información de Olatz. Dudo entre lo que prefiero que haga; si duerme es mejor para ella pero con eso descansan los secuestradores; si llora los tiene ocupados, pero ella sufre. Lo siento Olatz, necesitamos tenerlos ocupados.
Me concentro y le hago una llamada, para nada. Debe estar dormida.

Al rato llega un coche por la carretera, pasa por el merendero y sigue, despacio. Yo vigilo desde detrás de mi roca y miro hacia el aparcamiento de la furgoneta.
El coche se para, entra en el aparcamiento, maniobra buscando una buena posición, vuelve a mirar, no se decide, me pongo nervioso, ¡ya se decidirá de una vez!, más que decidir mamonea, hay algunos que no terminan de aparcar nunca. Al final se decide y se pone con el culo a la carretera algo apartado de la furgoneta. Ni los veo ni puedo buscar otra posición mejor.
Parece tratarse de una pareja joven, él ha salido unos segundos del coche, ella no. Se ponen en faena de enamorados.

Llama Kixkur. La pareja tiene todos los datos que necesitábamos. Han enviado el tipo de vehículo y matrícula para que lo cotejen en jefatura. Los que están delante, porque no se ve lo del interior y no es claro si pueden ser más, dispones de catalejos y equipos de visión térmica, o termógrafo, como sea que se le llame a eso.
   -Kixkur. Los debemos detener sin que puedan dar ningún tipo de aviso. Voy a llamar al grupo del hermano de Gorka, en Lezo, para coordinar la acción del segundo torreón. Si lo hacemos cuando llegue el segundo coche, entre cinco y por sorpresa lo debieran poder hacer ahí, en la misma furgoneta, y sin ruido, que no se enteren los del zulo. Tú preparas lo de los tuyos y yo coordino lo de aquí arriba. ¿Podrá ser en un cuarto de hora?
   -Debiera ser posible, éstos están en el merendero. Los llamo y te lo confirmo. Me avisas cuando veas el vehículo pasar por la zona del merendero, yo voy a comenzar a bajar hacia ellos ahora mismo, andando, para estar más cerca.

Llamo a Gorka y le planteo lo que he comentado con Kixkur. Me propone que también puede acudir su hermano, de uniforme, con el coche oficial, para más efecto. Pueden seguir a los de Kixkur dejando un minuto para la acción. Total, dejan el coche detrás de la furgoneta y los del zulo no ven lo que sucede; el del torreón no tiene visión de esa zona, y para ese momento estará neutralizado. Los cazadores están dispuestos desde hace un buen rato esperando la orden.
   -Por si acaso vuelvo a insistir en lo mismo: ni ruido ni fuegos artificiales.
   -¡Oye Héctor! Esto va a parecer una escena de Misión Imposible.
   -Una pregunta ¿Cómo han podido llegar hasta allá los del torreon, volando?
   -No, corriendo, y son cuatro, por si hace falta ayuda, para lo que sea. Más vale prevenir.

Vuelvo a hacer un intento de conexión con Olatz. Esta vez me parece escuchar un murmullo. No sé si llora o se arrulla ella misma, para dormir.
   -¿No tienes hambre? -. Le plateo a Olatz.
   -Sí, y sed, y sueño. Quiero estar con la amá.
   -Tranquila, enseguida llega. Espera un poco.

Ha entrado en una fase mística, entre sueño y protesta. Podía haber sido peor, que fuera histeria y rabieta. Tendrá que esperar un poco para estar con su madre.

   -Los del segundo coche, el oficial pasan ahora por el merendero, les siguen los munipas de Lezo. Operación en marcha -es el aviso de Kixkur- yo estoy casi sobre ellos.

Llamo a Gorka y se lo comunico. “Un minuto para el asalto, a partir de ahora”. Son casi las nueve.

Llega el coche de la ertzaina y aparca al lado de la furgoneta, por la parte superior. Me arriesgo a asomar la cabeza para ver lo que sucede. No debiera importarme que me vean, deben de tener cosas más importantes de las que preocuparse.
Salen los tres policías uniformados rápidamente del coche apuntando con las armas a los ocupantes, mientras la pareja de antes protege las puertas trasera y lateral. Están apostados en las ventanillas apuntando a los de dentro, a los que no queda otro remedio que levantar los brazos. Ha sido todo muy rápido. Realmente un ataque por sorpresa..
Están en esa tesitura cuando se une a ellos el coche de los municipales. La idea es que se sientan abrumados. Seguro que lo están.
No se resisten y en cuanto salen los llevan a la parte posterior de la zona de aparcamiento, al reguardo de las miradas que puedan provenir del zulo. Han sido diez segundos, con suerte no lo habrán visto. No ha habido resistencia.
Los atan de pies y manos y amordazan para que no puedan gritar. Les retiran los móviles, que no han llegado a apagar, gracias al factor sorpresa. La situación está bajo control.
   -Tenemos al del torreón, -me llama directamente uno del equipo de los cazadores- ¿Qué hacemos ahora?
   -Hay que asaltar el zulo, como antes, por detrás y sin ruido. Son dos, aunque creo que el peligroso es uno, la otra está encargada de la niña.
   -Lo habíamos previsto y tenemos otro equipo dispuesto. Esperamos la señal. Lo mejor es que des un grito cuando te acerques por el camino, entonces saltarán sobre ellos tres segundos.
   -Cuidado con Olatz. Y gracias.

Kixkur ha bajado hasta la furgoneta y me sigue contando lo que pasa.
Han pintado de rojo a los de la furgoneta simulando heridas de bala; uno en la frente y la otra en el hombro. Alguien ha traído utensilios de maquillaje, esto es obra de Gorka, seguro, si hay teatro él estará en el ajo. Les sacan fotos. Ellos no saben lo que ha pasado, los han sedado. Ni molestan ni se enteran de lo que ha sucedido. Kixkur me envía un par de fotos al móvil. Dan el pego.

Incautan, armas, móviles, documentaciones y libretas de notas de los detenidos. Se los llevan para su identificación. Kixkur les toma las huellas y muestras de ADN, por si los suyos se quedan con los datos, o se pierden. Éstos son para nosotros.
   -¿Es que no te fías de tu gente?
   -Sí, pero así es más seguro. Ya sabes.
   -Ya.

Cuando voy a bajar hacia el zulo y dar el grito para avisar al segundo grupo de cazadores, llega Gorka por el sendero.
   -Espera, hemos preparado una escena de entretenimiento para caer sobre ellos sin que se enteren. ¡Déjale pasar a Aitziber!

Aitziber pasa a mi lado, me da una palmada de ánimo en el hombro y baja por el sendero, poniéndose a hablar en voz alta, bueno gritando.
   -¡Por favor! ¡Gorka! ¡No me dejes sola, tengo miedo! ¡Esto no tiene ninguna gracia!

Lo dice para que quede claro lo que pasa. El tono es lastimero y bastante ñoño, parece que se va a poner a llorar. Mientras tanto yo me acerco lo que puedo sin que lleguen a verme, quiero saber cómo reaccionan.
Veo aparecer al secuestrador, que sale mirando hacia todas partes pero solo ve a Aitziber, que se hace la asustada. Tras la maleza observo que no toca el teléfono. Una tía buena a punto de llorar no es motivo de alarma; Gorka lo ha imaginado muy bien.
   -Me he perdido. No sé dónde se ha metido mi novio. ¿Me puedes ayudar?

El tío ha mordido el anzuelo, ha picado en el anzuelo con el cebo de la tía buena y tonta del culo. No ve más que tetas y piernas. ¡Vaya agente de campo!
Aitziber sigue con su papel lastimero y se pone a gritar. Cosa que ahora no le preocupa tanto al secuestrador.
   -¡Gorka! ¡Ven aquí YA! ¡Esto no tiene gracia!

Y del cielo aparecen figuras, palos, una red, ruidos, ramas. Luego resulta que son personas vestidas de camuflaje y la cara pintada, con armas en las manos. Personas que atrapan al secuestrador sin darle tiempo ni a cambiar de postura.
Yo entro a toda pastilla para ver lo que hace la que está con Olatz. No hace nada, parece que lo estuviera esperando. Olatz, con el alboroto se comienza a mover, parece que se despierta. Vuelvo hacia la secuestradora y observo que no lleva armas, móvil, talkie ni nada que nos pueda preocupar.
   -¿Quién eres y qué haces aquí? ¡Y no me hagas perder el tiempo! Te adelanto que la has cagado. No sabes en qué te has metido. Colabora o te arrepentirás toda tu vida.

Espero haberla impresionado, necesito de alguien que confirme lo que hemos hecho y lo que pensamos de los secuestradores y ella puede ser el punto flaco del secuestro.
Me mira, carraspea y se dispone a hablar.
   -Un marrón. Estaba metida en un lío de dinero con mi camello. Me perdonaba lo que le debía si les ayudaba a éstos con lo de la niña. Según me dijeron se trataba de un cobro de dinero, como lo mío, y que no la iban a tocar. No le iba a pasar nada, si no lo conseguían la soltaban. No sé más.
   -¿Y qué me planteas ahora?
   -¿Plantear? ¿Yo? Pues no sé, puf. Yo colaboro en lo que sea, lo que haga falta; palabra. Estos tíos me dan miedo. No sé de dónde han salido pero pintan mal; muy mal.
   -De momento no has roto nada. Si nos ayudas puede que encontremos una solución. Pero ten esto en cuenta, si te “equivocas” en algo te mato. No te imaginas lo que puedo llegar a hacer.

Ella asiente, después de lo que ha visto está muerta de miedo. Se vuelve hacia Olatz, a la que acaricia, le está costando despertar; el trajín de la tarde la ha debido de cansar.
Mientras tanto, han atado de pies y manos al secuestrador y lo están amordazando para que no grite ni incordie. Hace como si no pudiera respirar, como que se ahoga, y gesticula queriendo indicar que no puede respirar por la nariz.
   -Si no puede respirar por la nariz es su problema, dejad que se muera, a mí me da igual, uno menos. ¡Ni se os ocurra dejarle la boca libre, no quiero que emita ningún sonido! ¡Habérselo pensado antes, no sabe dónde se ha metido!

Es Gorka el que ha hablado, está metido en su papel de tío duro, integrado en la trama del secuestro, me lo he creído hasta yo. Al poco, el secuestrador deja el cuento y se pone a respirar por la nariz, se ha dado cuenta de que el intento de engaño ha sido inútil. El muy sinvergüenza está usando lo que sabe para tantearnos. No le ha salido.
   -¡Valiente cabrón! ¡Vaya cuento lo de ahogarse! Mejor si también le tapamos los oídos.

Mientras nos disponemos a recoger el chiringuito vemos que por el camino normal se acercan dos cazadores con algo al hombro, entre los dos traen un bulto colgando de una rama de árbol o algo parecido, como si volvieran de safari. Cuando se acercan vemos que se trata del vigilante del 2º torreón; le cuelga la cabeza como si estuviera muerto, o desmayado. Traen el trofeo de su caza, cual si fuera un jabalí.
Nuestro secuestrador observa la escena con expectación y preocupación, no se termina de creer lo que está viendo; se le está desmontando la seguridad con la que nos ha plantado cara.
Me acerco a él y le enseño las fotos del móvil, donde aparecen asesinados los de la furgoneta. Me mira con cara de incrédulo y enseguida vuelve el rostro a las fotos.
   -Incomunicadlo completamente. Ponedle un pasamontañas, no quiero que vea nada -.Gorka está que se sale en el papel de malo.

Cuando se llevan a los dos hacia la carretera le pregunto.
   -¿Tu no estarás en algún grupo de teatro o así, no?
   -Pues claro que sí. Aitziber y yo llevamos varios años en el Allerru.

Tengo una llamada de Tanya. Han detenido al conectante en Ore, debe ser alemán o austríaco, le acompaña uno que hace de traductor. Los ha llevado la Ertzaintza. Conseguirán la identificación exacta del conectante para nuestro archivo. Pregunta por si necesitamos ayuda.
   -No hace falta que vengáis, hemos terminado y bajamos enseguida. Os dejo, que Olatz se está despertando.

Así es, después de removerse bastante y mirar recelosamente a todas partes, para situarse, me reconoce y se me tira al cuello. La cojo en brazos y la sondeo, intentando una conexión conectiva mientras miro a la secuestradora.
   -Dime Olatz. ¿De qué le conoces a ella?
   -La otra vez me dio caramelos, en casa.
   -¿En casa o en la calle, cerca de casa?
   -Sí, en la calle, me dio uno de color rosa, de fresa.
   -¿Solo uno?
   -Bueno más, pero los otros no me gustaban; el verde picaba y lo tiré.

Con esto tengo suficiente para comenzar el interrogatorio. Me vuelvo hacia la secuestradora.
   -¿Cómo te llamas? Bueno, o ¿cómo quieres que te llamemos?
   -Carmen. Me llamo Carmen. Me puedes llamar Carmen.

Está totalmente centrada en mí. Se le nota que analiza las contestaciones, puntualiza y confirma, teme dejar una duda o que pensemos que miente.
   -Tengo entendido que te has acercado a ella, para darle confianza, en Donostia, cerca de su casa, dándole para ello algunos caramelos. Le gustó el de color rojo. ¿Fresa o frambuesa?
   -¿Cómo puedes saber eso? Ella no habla tanto.
   -No lo hace contigo; conmigo no tiene secretos. El de menta no le gustó, era fuerte y lo tiró, sin que te dieras cuenta, para no disgustarte.
   -Es una cría de dos años. No tiene tanto vocabulario, y no da tantas explicaciones.

En eso está algo equivocada. Tiene algo más de dos años y a estas edades tres meses son una vida; vocabulario tiene, conoce, entiende cualquier conversación normal, de cosas de su entorno, nada técnicas, pero no las tiene dispuestas para su uso, no encuentra las palabras para hablar y por ello no se comunica, se atasca en la frase antes de comenzar y se te queda mirando. En esas ocasiones, el que espera le ayuda a contestar y ella, como los de su edad, deciden si responder con un sí, un no, o cualquiera de los dos porque no lo entienden. En esos momentos no se les debe presionar.

   -Te he dicho esto para que te des cuenta de que no debes intentar engañarme. Te saldrá mal.
   -No te lo recomendamos -.Incluye Gorka, para que se le quede bien fijado en la cabeza.

La retirada está en marcha. La ertzaina se lleva la furgoneta y con ella a los de dentro. Los cazadores se llevan al del torreón y al secuestrador; tienen una chabola en un lugar apartado y los encerrarán por separado, no se podrán ver ni oír y no tendrán idea de lo que les pasa a los demás ni lo que a ellos les depara la fortuna, en este caso la mala fortuna. Podremos pasar a interrogarlos cuando queramos, siempre habrá alguien de guardia.
Cuando les pregunto por cuánto tiempo, o el trabajo que les pueda suponer, las respuestas son concisas y definitivas.
   -Sin problemas, tiempo indefinido. Sin preguntas, estamos a tus órdenes. Un ladrón de niños no tiene perdón.
   -De acuerdo Gorka, pero deja de actuar, ya no nos oyen, déjalo para los ensayos.
   -Pero ¡A que ha estado bien!
   -Sí, Gorka. Ahora os voy a dar otra ocupación, si es que no os parece mal.
   -¡Lo que usted mande, mi capitán! -. ¡Para qué le habré dicho lo de actuar!
   -Quiero que mañana seáis la “sombra” de Carmen; no tú sino alguien a quien no conozca. Sin agobiarla, pero que lo vea, lo note, y un control al 100%. No me fío de ella. Dejadla actuar libremente, no le impidáis lo que quiera hacer. Quiero ver si es verdad que cumple lo prometido.
   -¡Señor. Sí Señor!
   -¡Joder Gorka, ya te vale! Hale, vuelve a ser tú mismo, que eres bastante majo.
   -Tienes poco aguante Héctor. Pero te enrollas bastante, para la edad que tienes.
   -¡Cabrón!

Bajo e Ore en el coche con Kixkur, Carmen y Olatz. Serán más de las diez de la noche, ha bajado mucho la luz y no tardará en anochecer, aunque hoy tendremos unos tres cuartos de luna, está en menguante.
   -Bueno Carmen, de momento vamos bien con nuestro pacto, aunque casi no hemos comenzado, solo que te falta por contarnos mucho de lo que conoces.
   -¡No! ¡No sé más! ¡Lo he dicho todo! ¡Lo juro!
   -Tranquila. Tú crees que eso es todo, pero no lo es. Te falta por contar eso que no sabes que lo sabes. Lo tienes ahí escondido en la memoria.
   -No entiendo nada. ¿Qué coño quieres decir?
   -Que hay detalles que habrás observado, notado, olido, oído… y que en este momento no los recuerdas, pero ahí están, en tu cabeza. Siempre se queda algo ahí que luego sale solo, la mayoría de las veces cuando no lo esperas.
   -Pues ahora, por más que me esfuerzo, no encuentro nada importante que no te haya contado.
   -Tú tranquila, ya lo sé. Mira, te voy haciendo preguntas, sueltas, poco a poco, según se me ocurran o según las necesite. Tú te relajas y vas buscando algo que te suene, esos detalles que te irán acercando a la respuesta. Pero no inventes, no pasa nada si no sale.
   -Pues tú verás lo que quieres saber.
   -Mira, tengo dos preguntas. Una es quién piensas que pueda ser la persona que pueda estar al final de este jaleo, esa a quien en realidad quieren llegar, atrapar, a la que en un comienzo buscaban y les salió mal. La otra es a dónde crees que pensaban llevar, a Olatz o a quien fuera.
   -Ni idea. A mí me ficharon para coger a Olatz, y no sé más.
   -Bueno. Vamos a hacer una cosa. Yo contesto una de las preguntas y tú escarbas en tu mente posibles detalles de la otra. Te lo repito, no se trata de inventar algo original o creíble sino de buscar sonidos, expresiones, sensaciones que puedan llevar a ello.
   -Héctor –dice Kixkur- eso tú lo haces fácil pero ella no tiene ni idea de cómo hacerlo.
   -Pues necesito una confirmación de lo que pienso, y seguro que está en su cabeza.
   -A ver qué es esa contestación que sabes para que yo piense en la otra.
   -¡A Italia! A esa persona a la que me vas a ayudar a descubrir tú la iban a llevar a Italia. Tenían la furgoneta preparada para llevar a alguien en un viaje largo; ropa, comida, bebida, somníferos. Comida para personas mayores.
   -Pero ¿Por qué a Italia? -. Dice Kixkur.
   -Porque es donde menos lo íbamos a buscar. Allá no tenemos infraestructura ni contactos, especialmente en el sur.
   -¿Así, porque sí? ¿Y ya está?
   -Y porque una de las rutas memorizadas en el Navegador de la furgoneta describía el trayecto desde Donostia a Roma.

Esto no se lo esperaban. Se quedan los dos callados. Espero que no se enfaden porque estoy jugando con información privilegiada. Sé más de lo que pregunto.
   -¡Joder Héctor! Juegas con ventaja -. Me dice Kixkur en interno.
   -Ahora tú Carmen. ¿A por quién iban? ¿A por Olatz?
   -Déjame pensar. Sí, la idea podía ser raptar a otra persona, a una persona mayor. La proposición me la hicieron antes de ayer. No dijeron nada pero, por la forma de explicar, había algo que no entendí, y era por eso, ésta era algo así como la segunda opción del trabajo. No les salió lo que tenían preparado y tuvieron que improvisar, o algo así, ¡pero no lo estoy imaginando!
   -Ahora busca algo referente al tipo de persona, cargo, categoría, oficio…
   -Si era hacia Italia estará relacionado con la Mafia.
   -Te doy otra oportunidad. No debes imaginar ni sacar conclusiones, solo di lo que has percibido. No inventes. Debes ceñirte a lo que has observado, y me lo debes explicar.
   -¡Pues no era un pringau, ni iban a pedir rescate! ¡Joder, es verdad! Lo querían para interrogarlo. Puede ser alguien con información secreta, datos importantes. Sí, hablaban de él como alguien importante, o algún personaje popular. Pensé que hablaban de alguien que no estaba relacionado con el secuestro, algo que comentaban de alguna otra vez, pero no, encaja con lo de ahora. También pensé que podían ser batallitas de actuaciones pasadas.
   -Muy bien Carmen. ¿Te das cuenta? Sabes más de lo que crees y por eso te necesito.
   -Pero me has prometido que me ayudarás a salir de ésta. ¿No?
   -Así es. Tú confía en mí, si puedes. Vamos por buen camino.

Y por buen camino es por donde llegamos a Ore. Tanya, Beñat, Irina y Víktor nos esperan en casa. Han quedado en que mañana pasaremos por el cuartel a que nos tomen declaraciones y enfocar una posible salida de éste follón. Lo principal a tratar será lo que hacer con los detenidos. Los seis, de momento Carmen no cuenta. No está con los cazadores ni la ha detenido la ertzaina. De momento se quedará con nosotros, en casa, somos cuatro para controlarla y está muerta de miedo, no lo puede aparentar tan bien. Algo raro lo de albergar a una secuestradora pero no he querido incordiar más a la gente de Gorka, y tampoco quiero tenerla lejos, la pretendo seguir interrogando cada vez que se me ocurra algo que pueda conocer y nos interese. Dormirá en el sillón de la sala.

En cuanto entramos en casa Olatz pasa de mis brazos a los de su madre. Beñat está pensativo, tiene alguna cuestión pendiente de resolver y me la imagino.
Nos sentamos y, tranquilamente, vamos montando entre todos la historia completa; hacemos un conjunto con lo que va aportando cada uno, las versiones de Jaizkibel y las de Ore.

Me ha costado contar con claridad el porqué he dado con Olatz y posteriormente el cómo la hemos localizado el zulo. Lo sabemos casi todos menos Beñat e Irina, y Carmen, por supuesto.
Irina no se lo plantea, tiene bastante con tener a Olatz en brazos pero Beñat sigue como estaba hace un rato. Veo que no tengo otro remedio que estar con él así que con la excusa de hacer algo en la cocina me lo llevo hacia allá.
   -Suéltalo ya Beñat. ¿Qué te preocupa?
   -¿Tú conectas con Olatz?
   -Sí.
   -Creo que Vasili también lo hizo.
   -Sí. Yo no lo sabía pero lo noté sin que se dieran cuenta, bueno, Vasili me cazó pero tarde para poder negarlo. Lo sabía y lo he utilizado. Me costó conectar pero gracias a ella la hemos rescatado, no vi otra posibilidad. Creo que lo de éste tipo de comunicación no lo ha tomado mal, ni con miedo, parece que lo considera algo natural. Una suerte.
   -No me gusta, pero me alegro.
   -Tranquilo. Esto no sale de nosotros. Quiero decir que de momento no tiene porqué llegar a Irina, mejor luego, cuando se le pase el susto. Lo sabemos todos los demás, claro.
   -Sí, ya llegará el momento de decírselo, más adelante. Gracias Héctor.

Beñat, Irina y Olatz se marchan a casa. Es tarde. Por si acaso hemos pedido a Kixkur que les pongan vigilancia, hasta que podamos estar seguros de que no hay más miembros del operativo del secuestro. Mañana lo debiéramos saber. De paso se llevan a Carmen al cuartel, hemos pensado que no nos interesa que descubra lo que sucede en casa. Somos raros y no hablamos.

Dedicamos la mañana del lunes 25 de junio a descansar y dar tiempo a que las averiguaciones de la ertzaina den resultados, aunque puede que para eso sea pronto aún.
Tengo una cuestión pendiente, el comunicar esto a Vasili, hemos dejado pasar el tiempo y estamos seguros de bastantes detalles. El intento ha sido definitivamente frustrado y puede que no quede gente implicada suelta, de la que suponga riesgo. Debiéramos avisar a Vasili.
   -Lo hice ayer por la noche. Si se entera de que hemos esperado hasta hoy para comunicárselo me deshereda.
   -¿Y eso va a suponer mucha pasta o nada? Y ojo que en rublos queda en nada. Bueno, dejando el cachondeo, lo pensé ayer pero hubiera preguntado cosas que no le podíamos contestar. Pensé que podía ser pronto, pero ya ves, ahora estaba dudando.
   -Pues no lo dudes. Con Vasili hay que tener pocas contemplaciones, y en estos temas menos, en especial cuando le atañen de este modo. Por algo se marchó el sábado.
   -Sí, y el secuestro lo modificaron el viernes, así que se enteraron de que salía, no lo pillaron por los pelos. Reacción a tiempo por su parte.
   -Hubiera preferido que fuera él en lugar de Olatz.
   -Sí, yo también lo hubiera hecho en su caso.
   -Oye Héctor, a nosotros no nos van a secuestrar ningún hijo o hija.
   -Hombre, de momento no, está claro.
   -No me cambies de tema.

Tal como lo dejamos planeado ayer, los de la furgoneta y la calle están detenidos e incomunicados en la comisaría de Ore y los interrogatorios los realizaremos Kixkur, Tanya y yo con la posible presencia de algún ertzaina.
También pasaremos a ver a los dos que se encuentran en la chabola de las laderas de Jaizkibel donde muchas veces suelen tener los perros. Aunque no estuvieran amordazados no se podría saber que hay alguien dentro. Cuando se acerca cualquiera se ponen a ladrar y no paran hasta que se va, así que imposible conocer si hay alguien dentro, por mucho que grite. Es una pantalla anti curiosos.

Para el medio día Gorka ha pasado por el cuartel para revisar la situación de la furgoneta. Están trabajando sobre ella y han dado el aviso para que pueda ser recogida, el robo estaba denunciado. A nosotros lo que más nos interesa es el tema del localizador.
Ayer llegamos a la conclusión de que alguien estaría interesado en conocer la situación del vehículo, como segunda información a contrastar con la que recibiera de los secuestradores. Puede que el responsable pusiera, o encargara poner, una baliza GPS en la furgoneta, para conocer el lugar donde se encuentra. De ese modo se puede conocer al momento su situación, y compararla con el lugar esperado en función del plan.
Si dispone de éste elemento, montado en precario tras ser robada, interesa hacer lo que esperan, no debe estar en un lugar determinado, en el del secuestro, cuando debiera estar de camino hacia su destino.
Nos hemos arriesgado a pensar que a estas horas debiera estar de camino a Italia y así queremos que lo crean. Si nos equivocamos al menos verán que hay movimiento, no será el lugar adecuado pero les dará pié a otras elucubraciones diferentes a lo que está sucediendo. Los secuestradores no estarán reportando por otro motivo porque el vehículo sí que va hacia su destino.

Le han localizado la baliza conectada en precario a la batería de la furgo. En el cuartel le han conectado una batería externa, varias pilas en una caja, y tienen el bulto dispuesto. Tiene autonomía para un par de días. Han tomado huellas, referencias y todo lo necesario referente al equipo para investigar y poder seguir alguna pista. Se lo lleva Gorka.

En la autopista camino de Irún, Gorka selecciona un camión de transporte que por lo que dice fuera puede dirigirse hacia el este de Francia, la autopista que sigue hacia Marsella o Lyon. Tras el peaje de Biriatou, hace señas al camionero, portugués, paran y le hace una propuesta deshonesta pero con gancho.
Se lleva el bulto atado con un par de cremalleras en la zona del costado exterior, el que él prefiera, y una vez llegado al mediterráneo, cuando se junta con el tráfico que sube desde Cataluña, lo deja en alguna gasolinera, en la basura o donde quiera. Si le preguntan puede decir que no lo ha puesto él, que de eso no sabe nada.

El tío duda pero Gorka continúa. No tiene que mentir porque el mismo Gorka lo colocará. El motivo es que un investigador privado está siguiendo a su hermano por motivos de adulterio, y necesitan despistarlo, nada serio por lo que vaya a tener que entrar la policía. Y para terminar, y podía haber comenzado por ahí, le paga doscientos euros.

El camionero sigue dudando pero menos. Antes de llegar a Bèziers tiene una parada obligatoria y son doscientos euros. Arreglado. Gorka ata el paquete con cuatro bridas, no se percibe a simple vista, se despide y le da la pasta al camionero. Para las dos de la tarde está en casa.

Comenzamos los interrogatorios por la tarde. Va a ser solo una presentación. Que sepan que los vamos a someter a interrogatorio, sin prisa, el tiempo que haga falta.
Es la impresión que queremos dar pero el motivo es que tenemos pocos datos como para afrontar una sesión seria. Hace falta contrastar las contestaciones, o dejar traslucir algún dato que esperan que no conozcamos.

Comenzamos con el responsable, el conectivo. No tiene intención de hablar, así que nos toca hacerlo a nosotros y poder así para detectar sus reacciones.
También conoceremos si el tío es bueno en defender su coartada. Si es bueno no reaccionará, o no lo notaremos, pero para eso deberá ser muy bueno.
Yo me quedo en segundo plano, siguiendo las indicaciones de Vasili y el interrogatorio, veremos si me funciona; sé lo que se debe hacer y lo he practicado pero solo. Veré si funciona y cómo es en la práctica.
Kixkur y Tanya van haciendo preguntas, intrascendentes. Queremos que se confíe, o que piense que somos unos inútiles, que nos infravalore. Preguntas como origen, dedicación, qué hace aquí…
   -Bueno, vamos a comenzar -. Dice el ertzaina que nos acompaña y nos damos cuenta de que llevamos ya un rato con las preguntas.

¡Joder! Vaya jaleo. Tenemos que hacer algo para no liar el asunto. Y no se me ocurre nada.
   -Le puedes preguntar lo que creas oportuno, a nosotros nos vale con observar, no creo que vaya a decir nada importante, al menos de momento -. Le aclara Kixkur.

Como conclusión el ertzaina no hace preguntas.
Luego pasamos por los demás detenidos, de los que recibimos el mismo tipo de reacción. Suponemos que están preparados para situaciones de este calibre. No han llegado a hacer nada, así que en poco tiempo deberán estar en la calle; cuanto menos hablen mejor parados saldrán luego con los suyos.

Hemos sacado en claro que son profesionales, al menos viven de esto, aunque no que sean buenos. Esto quiere decir que alguien los ha contratado, a sueldo. Sus superiores han podido recibir el encargo de alguien con los que no tienen gran relación, puede que no se dediquen a lo mismo, recurren a sus trabajos, una subcontrata.
De momento ha comenzado la guerra psicológica. Más tarde o más temprano reaccionarán.

Luego pasamos por los que están con los cazadores. Ocurre lo mismos, solo que éstos no tienen ni idea de adónde han ido a parar, qué tipo de personas los retiene. Tienen una interrogante descomunal en la mente. De todos modos, para éstos también es pronto. Mañana será otro día.

Martes 26 de junio. Segundo día de interrogatorios. Introducimos algún cambio. Por parte de la policía incluyen un traductor, de ellos, también uniformado. Por la nuestra incluimos a Víktor.
Somos seis ante uno, porque pasan de uno en uno, siguen incomunicados. Bien tratados pero incomunicados.

El importante a quien sonsacar es el conectante, los demás están en una escala inferior de conocimientos, de los datos que nos interesan.
A éste dirige el traductor las preguntas, comenzando por las de ayer. De este modo se mosquea con lo mismo. ¡Para qué se dedica la policía a realizar las mismas preguntas! Es lo que se ve en las películas y tiene su finalidad, al final siempre terminan cagándola cuando pierden la paciencia.
El traductor lo plantea en alemán y Víktor lo pasa al búlgaro, por si no le quedaba claro, y posteriormente al ruso.
Kixkur le explica que todo debe quedar en convencional, algo que los policías no entienden, y le pide que se explaye en sus explicaciones.
Yo me pongo a la escucha y dejo que de vez en cuando note que le estoy leyendo. De este modo no sospechará que haya otro nivel por encima del mío.
Víktor ha entrado en su mente y campea a sus anchas. Llega allá donde yo lo dejo. El tío se defiende bastante bien, yo hubiera podido saltar alguna que otra barrera pero hoy voy de cebo, quien pesca es Víktor. Y no veas lo que pesca.

Las contestaciones convencionales son para hacer reír, o cabrearse, por lo visto no sabe casi nada. No conoce a quien le ha contratado, ni por supuesto el porqué. Tampoco conoce los planes, se lo indican al momento, sólo está al tanto de los pasos inmediatos, para que no lo pueda largar en un interrogatorio, como ahora. No hay planos ni planes, todo son instrucciones por teléfono.

A nosotros nos parece bien. Apuntamos lo que dice y no le pedimos más explicaciones.
Antes de irnos le dejamos delante un par de fotos las de sus colegas, los del equipo de la furgoneta y otras dos de los del torreón y el zulo. Ni le miramos al marchar. Tampoco hace falta, ya se encarga Víktor de registrar sus pensamientos enredados y su estado de ánimo, no el exterior sino el interior. Sale bastante impresionado.
Lo más seguro le darán en qué pensar las próximas veinticuatro horas.

Hacemos lo mismo con los demás, utilizando las fotos que a cada uno corresponde, en este caso los de la furgo y los de Lezo, de éstos también hay unas fotos un tanto siniestras. Después, hacemos una reunión donde aportamos cada uno sus conclusiones, intentando hacer los comentarios en orden cronológico a los hechos.
Los que más aportamos somos Víktor y yo, sobre todo Víktor. Es una máquina.

El secuestro ha sido programado hace diez días, cuando supieron que era definitivo que Vasili venía a España y lo confirmaron los billetes de avión.
El plan inicial fue su secuestro pero se les escapó por un día.
Tenían un plan “B”, muy flojo y lo debieron rediseñar y poner en marcha a última hora. Demasiada improvisación. No lo perfeccionaros por estar convencidos de que el secuestro era cosa hecha.
Al verse obligados al Plan-B se dieron cuenta de la dificultad de realizarlo sin fallos y el equipo contratado “In extremis” fue poco profesional, maleantes o similares, como el caso de Carmen.
La vía de contratación fue variada. Rusos, rumanos, conectante ruso con pasaporte austríaco, algún español controlado por polacos. Todo un popurrí del este de Europa en su mayoría.
Los españoles son porque los necesitan por dos motivos, el idioma y el conocimiento del terreno y costumbres.
No hemos detenido a más participantes porque los destinados al secuestro de Vasili eran otros, solo coinciden tres, el conectante, uno de la furgoneta y el del zulo. Los demás se fueron.
El conectante conoce a quien le ha contratado pero no llega más arriba, es un intermediario, éste será italiano o reside en Italia, Nápoles, y el otro probablemente será ruso.
Aún no ha visto un euro de lo que le habían prometido, nada por adelantado, ni para gastos.
Mañana debía haber terminado el trabajo y volver hacia casa.

No parece que les vayamos a sacar mucho más así que tenemos que decidir qué hacer con ellos. El abanico de posibilidades pasa desde dejarlos en la calle a matarlos a tiros en la misma sala de interrogaciones.
Los ertzainas nos miran. Nosotros reímos.
   -Tenéis que entender que éstos son unos bromistas -. Les aclara Kixkur, pero no les convence, tienen intención de decirnos algo.
   -Y todo lo que habéis descubierto ha salido de las contestaciones de los interrogatorios de ayer y de hoy. ¡Una mierda! ¡Aquí no ha salido nada de eso!
   -En un interrogatorio de éstos, cuando los interrogados no quieren hablar, es más importante lo que callan que lo que dicen. No se dan cuenta pero se les puede detectar. Dudan, sudan, gesticulan. Es el lenguaje corporal el que los delata -. Les explico.
   -Y se puede apreciar la palabra “Nápoles” -. Dice uno.
   -Pues por favor me indicas dónde se reciben esos cursillos -. Dice el otro.
   -También contamos con la información que hemos recibido de los investigadores. En ella parece claramente la ligazón con Italia -. Aporta Kixkur.
   -Ahí aparece lo que yo te diga -. Dice el primero; pero esta vez bajando el pistón.

Y creo que también se han mosqueado porque, presentando lo presentado, puede que no sea toda la verdad o falte aún más. Yo les propongo un arreglo.
   -Vale, no dejamos claro el cómo lo hemos descubierto, pero os facilitamos toda la información. No tenemos ningún motivo para ocultarla. Podéis hacer las comprobaciones que creáis convenientes. Aquí, Kixkur, compañero vuestro y quien nos conoce, soy amigo suyo de la infancia, os puede asegurar de que no os estamos engañando; tan solo estamos protegiendo nuestras fuentes, y tened por seguro de que así seguirá siendo.

Parece que las aguas vuelven a su cauce. Entiendo su malestar pero no podemos decir cómo lo hemos conseguido. Secreto profesional, como se dice en estas ocasiones.
   -Creo que podemos aceptar el caso como está y seguir colaborando en lo que haga falta -. Les presenta a Kixkur a sus compañeros, en plan apaciguador. Muy diplomático.
   -De acuerdo. Es que se me hace imposible poder sacar tantas conclusiones de lo poco que aquí se ha dicho, o no dicho, vaya. Nosotros hubiéramos tardado semanas en llegar a esas conclusiones.
   -Es que éstos tienen experiencia anterior con éste tipo de mafias -. Concluye Kixkur.

Lo de qué hacer con ellos es un tema delicado. Debieran seguir incomunicados, así que les pedimos que esperen algo más, estamos pendientes de recibir información y órdenes “De Arriba”.

El interrogatorio para con los que están con los cazadores va en la misma línea, solo que en este caso solo estamos cuatro, sin policía.
Con las fotos y el lugar donde están han tenido bastante, estarían dispuestos a cantar lo que sea pero conocen poco de lo que nos interesa. Coinciden en lo que hemos conseguido anteriormente, ahora estamos seguros de que nuestras conclusiones eran correctas.

Hoy enviamos los informes completos a Igor, pidiéndole que enfoque cuanto antes el qué hacer con los detenidos. No queremos que haya represalias para con nosotros, que carguen hacia Vasili o la trama rusa pero, a ser posible, que nos libren de éste riesgo.

Mientras tanto Vasili ha vuelto a Vladi. Moscú no le parece seguro, no lo controla. Lo tratará con él pero está ya sobre una posible solución, complicada pero eficaz. También le he pedido una solución especial para con Carmen, a modo de favor, le pido si se la puede llevar hacia Vladi y ponerla a trabajar, de lo que sea, que le encuentre un novio para que aprenda ruso y la tenga controlada. Mañana nos contesta.

Miércoles 27 de junio. Buscamos la solución a nuestros problemas en manos de la diplomacia.
Por mi parte le he dado un par de vueltas al tema de qué hacer con los detenidos. Los debemos escarmentar para que no tengan ganas de volver aquí, a vengarse de nosotros por haberles desbaratado el trabajo. Es una putada el tener que vivir pensando que, algún día, alguien puede venir a amargarte la vida, o a algo más serio. Pero no he llegado a una conclusión.

He llegado hasta a pensar en meterlos en un barco pesquero y soltarlos, en un chinchorro, cerca de la costa de algún país conflictivo, como Somalia o similar.

La solución preanunciada por Igor nos llega a través de Vasili. Propone retenerlos en Rusia, por lo menos un par de años, en un lugar perdido en Siberia, donde tendrán tiempo de pensar y replantearse el futuro. Un internamiento militar donde acogen delincuentes que han atentado contra militares rusos. Debido al motivo, intento de secuestro de un alto cargo militar ruso, Vasili, van a pedir la extradición de modo oficial. Y supongo que también de extraoficial.

Le entrega en local se hace de la Ertzaina a la Policía Nacional. Ésta a su vez lo hace al ejército. El intermediario de Vasili va a ser Arturo Fernández, quien tiene buenos contactos en ambas organizaciones. El transporte aéreo corre a cargo del ejército ruso.

Carmen saldrá en vuelo regular a Moscú y de allá a Vladivostok, custodiada por la policía rusa, donde Igor se hará cargo de ella. “Ya le he buscado novio”.

Un par de días de trámites, pero en los que los detenidos los habrán pasado, posiblemente, en Madrid y la experiencia del secuestro pasa a la zona de la memoria destinada a las batallitas.

Antes de que salieran nos hemos reunido con ellos, con todos, los de Ore y los de la chabola de cazadores. Era la primera vez que se veían, no tenían ni idea de lo que pasaba con los demás, si habían muerto, si era mentira. Pero no les hemos dejado hablar hasta terminar nuestra comunicación.

   -Hemos acordado perdonaros la vida y dejaros en una relativa paz. Vais a ser recluidos en un lugar lejano, donde deberéis decidir lo que hacer en adelante con vuestra vida.
   -Tened en cuenta que tan sólo nos hemos defendido. No habrá próxima vez.
   -Si se os ocurre volver por ésta zona de nuevo, a lo que sea, os aseguramos que saldréis con los pies por delante. Lo que estos días habéis llegado a pensar será realidad. Os lo prometemos.

Tras estas palabras que Víktor traduce para algunos, aunque lo oímos todos, se han quedado callados; de momento no tienen prisa por hablar entre ellos. Ya veremos lo que piensan después de las vacaciones en Siberia.
Para nosotros va a ser un motivo de preocupación pero no le vemos otra salida nos vamos a arriesgar. Pero me da que esto no va a quedar así, esto tiene que traer cola, no se le hace una faena a un mafioso sin que tenga su contrapartida, así son y así funcionan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario