sábado, 30 de noviembre de 2013

26 Operación Rescate.




Lo que mientras tanto hace Kixkur.

El sábado 26 de mayo, después de las siete de la tarde, Kixkur desciende la carretera desde Areu dándole vueltas a lo que puede hacer y esperando una llamada de teléfono que le tranquilice.
Conduce tranquilo porque haga lo que haga le van a seguir.

Por fin, recibe la llamada de teléfono.
Le recomiendan que se aloje en la zona española, que no llegue a Andorra, allá no le podrán dar la misma cobertura. Cualquier pueblo vale. En cuanto se decida les debe dar la dirección. No van a poder estar con él hasta mañana por la mañana.

Él tiene pensado cambiar de coche pero es sábado, y necesita algún lugar importante, con garantías de encontrar un servicio abierto, pero a ésta hora va a ser imposible. Su idea era darles el esquinazo alquilando otro coche pero no lo ve claro así que se decide por seguir como está, pero le inquietan los pueblos pequeños así que se decide por ir hasta la Seo de Urgell. Queda algo lejos pero total, tiene tiempo.

Por si acaso, llama para preguntar si el lugar les parece adecuado. Perfecto, así estarán más cerca. Incluso le recomiendan un alojamiento. Se tranquiliza, dentro de la preocupación que le causa el saber que le están permanentemente siguiendo.

Tenía la intención de dejar el coche alejado de la pensión, para, aprovechando la oscuridad y que a lo que vigilan ahora es el coche, poder despistarlos, pero le han indicado de que ahora es el cebo; les hace falta para que les lleve a ellos mañana por la mañana. De nuevo está nervioso.

El domingo a las siete de la mañana le suena el teléfono. Es el equipo de la policía. Le citan a desayunar a las nueve de la mañana en las mesas exteriores de una cafetería cercana a su hostal, por la zona sur, en el Paseo del Parque. Se lo toma con calma. Llama a casa y al contacto en Madrid. Se queda algo más tranquilo, dentro de poco tiene que terminar todo.

Kixkur se presenta cinco minutos antes de la hora y los que espera se hacen de rogar. Pasados diez minutos de las nueve aparece una pareja de novios que se le acercan. ¿Serán ellos? Para entonces ya tiene controlados a quienes le vigilan; están lejos, pero están.

El apoyo es una pareja joven. Ella le da dos besos, como si se conocieran, y le presenta a su acompañante, un tío un tanto rígido, de movimientos algo mecánicos; quizá esté nervioso.
   -Hola, soy Zigor, aunque normalmente respondo al apodo de Kixkur. Gracias por venir.
   -Hola, soy Lucía. Sí, es una operación un tanto chocante-. Dice ella.
   -Yo Francisco, Paco. ¿Tienes localizados a quienes te siguen? -. Dice en tono preocupado.
   -Sí, son dos, están al fondo del paseo. Uno de blanco y el otro de verde.

Paco hace como que habla con Kixkur pero lo que hace es dar instrucciones al equipo de apoyo.
   -Afirmativo. Se trata de la pareja “Alfa”. Los teníamos en observación -. Se oye por el pinganillo, que ha puesto Paco en manos libres.
   -Necesitarán un rato para detenerlos, creen que hay más en el tema y se quieren asegurar de no perderlos. Tardarán un poco. Mientras podemos desayunar -. Dice Paco.

Mientras desayunan Kixkur les relata algo del motivo de la operación, bastante parecido a la realidad, pero incluyendo algunos cambios del plan original, lo habrá meditado por la noche.
El motivo del viaje era una inspección a un posible arsenal de armas en un zulo de ETA, pero que ha terminado siendo una persecución por parte de alguna mafia. Una persecución rara, porque le siguen pero no lo detienen. Deben estar esperando algo, alguna orden, no sabe qué.

No les da tiempo a terminar de desayunar. Paco ha recibido instrucciones.
   -Me dicen que nos movamos, para que nos sigan, salgan de su observatorio y se muevan los demás.
   -No esperaba yo tanto seguimiento -. Dice Kixkur.

Terminan el desayuno de prisa y salen andando calle arriba, hacia donde Kixkur tiene el coche aparcado.
   -Puede que al vehículo le hayan puesto una baliza GPS.
   -Lo miraremos, de momento vamos a salir así, no vayan a sospechar algo.

Pasan ya de las nueve y media cuando montan los tres en el coche y toman la carretera dirección Lérida y Barcelona, por donde llegó Kixkur ayer. Conduce Kixkur, despacio, y lleva de copiloto a Lucía.
Paco les confirma que los dos equipos les están siguiendo así que van a preparar la detención. Hay que elegir el lugar adecuado de la carretera y montar el operativo. Deben detener a ambos equipos, el “Alfa” y el “Beta”, como los han denominado. No han sido muy originales con los nombres.
Antes del pueblo de Adrall, tras el que está la desviación entre las carreteras N-260 y la C-14, se encuentran con un control policial que parece poco importante. No paran a Kixkur.
El primer vehículo perseguidor en llegar no puede librarse del control, debe pasar por él. El segundo intenta dar la vuelta en la carretera, les han avisado a tiempo, pero no puede evitar que los vehículos que nos siguen le dejen escapar.
El Alfa ha sido detenido en el control y el Beta lo han detenido cuando pretendía volver a la Seo.

La policía se hace cargo de los coches y los ocupantes. Cuatro detenidos, a los que comienzan a identificar. Los introducen en una furgoneta, esposados, y se disponen a llevarse los vehículos. Todo bastante rápido y sin apenas espectadores. Se trasladan a una zona con pretensiones de industrial, parcelas preparadas para recibir naves industriales que no llegan, y en ella convergen todos los que han participado en la operación, bastantes más recursos de los que se había imaginado Kixkur.
Entre los detenidos encontramos en el equipo “A” a un rumano y un francés de la zona de influencia de Marsella, con antecedentes delictivos varios como robo, atraco, extorsión, amenazas y similares. Piensan que el equipo “A” ha podido contratar los servicios del “B”.
No se trata de personas importantes pero por medio de ellas pueden tirar de la cuerda y subir en la escala. Por el hilo se llega al ovillo.
La operación ha tenido la particularidad, importante, de ser una detención en España de miembros de organizaciones de las que aún no se conocen detalles aquí; se les ha detenido antes de llegar a hacer algo. Bien y mal. Bien porque se les ha detenido. Mal porque no hay motivos para retenerlos, no han llegado a delinquir.
Pregunta: ¿Es mejor esperar a que maten a alguien para poder encerrarlos?

Ha sido una experiencia poco usual. Intervención de policías diferentes, rápida, efectiva, en la que todos los que han intervenido han salido contentos. Todos menos los detenidos, les espera una bronca en casa.
Y lo mejor, no han pedido explicaciones a Kixkur acerca de lo que estaba haciendo. Sin cotilleos.

Kixkur aprovecha los medios de que disponen para revisar si su coche tiene algún dispositivo de localización. Lo primero es una inspección visual y es evidente que lo tiene. Cercano al eje trasero hay una caja atada con cremalleras (bridas de plástico). Unos cortes con tijeras y lo tienen en la mano. Se lo llevan para investigar su procedencia y seguir tirando de los hilos.

Vuelve a la Seo y se dedica a pasear y hacer turismo, vigilando constantemente por si le siguen  controlando. O son muy buenos o está libre. Informa al contacto en Madrid sobre lo que ha ocurrido y poco a poco se va tranquilizando. Tiene tiempo para aburrirse.
Comer, sestear, pasear, telefonear a casa, leer algo, cenar, ver la tele, dormir y ya está listo para venir a recogernos.

Llegamos al lunes 28 de mayo. Se levanta sin prisa, desayuna, se despide en el hotel y se dirige en coche hacia Andorra, en la que una vez pasado Andorra La Vella, se pone en dirección a La Massana, antes de la cual se desviará hacia el oeste, a Arinsal, ascendiendo hasta el aparcamiento superior de la estación. Llega a las 12:05.

   -No hay moros en la costa -. Le digo a Tanya al echar una ojeada desde la parte trasera de la chabola.
   -Ya era hora de volver a estar con vosotros.
   -Hola Kixkur –dice Tanya- ya estamos juntos de nuevo.

Nos hemos saludado pero no nos ve, uno de los problemas de este modo de comunicación es que no sabes de dónde viene, porque no es como el sonido, que sí lo puedes notar. O no se puede o soy yo el que no puedo. Resulta que Tanya tampoco.
Salimos de nuestro escondite y sonríe, estábamos a sus espaldas, miraba hacia donde he pensado que miraría quien nos buscara. He acertado en la deducción. Nos damos un abrazo.
   ¿Ya para casa no? -dice Kixkur –Lo mío está resuelto.
   -Y por el camino más rápido, –dice Tanya- ya nos lo contaremos todo por el camino.

Está visto que no quieren saber nada de mi opinión, por si tuviera otras ideas; pero no es el caso, coincido con ellos.

El retorno es sencillo, tenemos dos opciones.
a) Devolvemos el coche y buscamos una combinación que pasando por Toulouse nos lleve a casa.
b) Dejamos el coche para que lo recojan y buscamos una combinación pasando por Huesca.

   -La primera es la más corta –dice Tanya- así que por ahí.

Sí es la más corta pero no conozco las combinaciones de los transportes así que recurro a mi hermano, Jokin. Nosotros nos acercamos a Toulouse mientras él viene a nuestro encuentro. Quizá podamos seguir con el coche en dirección hacia Pau, dejándolo para que el negociante del alquiler del “Megane” lo recoja.
Jokin puede, solo que si conduce al venir no hace el turno de vuelta, será de noche. Vale, alguno de los tres tendrá menos sueño que los demás.
   -No contéis para eso conmigo.
   -Tranquila Tanya, procuraremos hablar bajo para no despertarte.
   -Esta noche he dormido como un tronco así que para mí la primera guardia nocturna-.Es Kixkur.

A media tarde llegamos a Tarbes, donde dejamos el coche indicando la ubicación al colega y esperamos a que llegue Jokin, hemos hecho más de la mitad del camino de vuelta.
Entre paradas de combustible, café, y estirar las piernas son casi las diez de la noche para cuando llegamos a casa. Ya era hora.

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