sábado, 30 de noviembre de 2013

11 La Logia Conectiva. Mundo por descubrir.




Voy necesitando la semana para asimilar lo que en el viaje de vuelta me ha referido Tanya, parece una película histórica de ficción, cualquiera de las series de moda de esta temporada.
Se me ha ido borrando la sensación de tristeza con la que llegué a casa el sábado; después de un día ideal llegaba la fase de las tinieblas pero parece que se ha ido superando; digo se ha porque aparentemente no he hecho dada. No me he regodeado en mi pobre suerte pero tampoco he hecho nada especial, que yo sepa. Tengo la rara sensación de que se ha me borrado la tristeza y ha aparecido la ilusión por algún motivo ajeno a mí, por alguna intervención, y si es así será de alguien y eso me lleva a la conclusión de que lo que estoy deduciendo tiene un nombre, “manipulación”.

Estoy haciendo una lista, va camino de larga, de las cuestiones que debo aclarar.
Prefiero hacerlo sin preguntar, que no sepan hasta dónde estoy llegando; ¡es tan fácil preguntar y que te respondan!
Tengo a Tanya, y me fío de ella, pero a saber qué le pueden sonsacar sin que ella se entere. El secreto mejor guardado siempre es el no contado.

Está claro que si me han localizado es porque ha estado Tanya de por medio, ¿si no de qué?
Primero han sabido algo por Tanya.
¿En qué fase de Tanya? ¿Justo con el sueño o después de Babia?
¿Qué saben de Babia? ¿Todos los detalles? ¿Qué les ha contado y qué saben además?

Sabían de mi vulnerabilidad por estar colado por ella, lo han aprovechado pero no me tenían bien valorado, les he debido de putear un rato, el día de Irina lo descontrolaron un poco.
¿Qué saben ahora? ¡Cuáles van a ser sus pasos siguientes?

Todos los días la película termina igual, con el subtítulo de “continuará”.

Mientras me voy acostumbrando a vivir con esta sinrazón constante, voy asimilando la información que me presentó Tanya el día de regreso a Santander. Lo fue desgranando en pequeñas dosis, como si a la vez lo fuera meditando, algo que tenía aparcado, en algún lugar del cerebro, y lo rememoraba.

Las organizaciones dedicadas al conectivismo son Logias.
Si analizamos el significado de logia y nos ponemos en un contexto moderno, actualizando cuestiones técnicas y dejando aparte tradicionalismos, el nombre adecuado es “Logia Masónica”.

En ellas se desarrolla el conjunto de los motivos por el que ha sido creada:
     Captación de adeptos.
     Desarrollo y control de sus habilidades.
     Uso de conocimientos para fines particulares.
     Ocultación de la actividad.
     Infiltración en todos los estamentos de la sociedad.
     Apoyo entre logias.

El funcionamiento es también claro; estructura triangular, un maestro con dos aprendices, iniciados. Solo el maestro conoce a su mentor, y así se sube en la pirámide de triángulos.
Las células de operación son de tres personas, de modo que pueda fallar una y seguir siendo operativa, redundancia simple.

Supongo que no habrá ese tipo de ceremonias que aparecen en el cine, con pruebas imposibles de superar, espadas al cinto, griales que rescatar, juramentos de sangre.
Es que se me va la imaginación, demasiado cine. Ya, solo que lo que has vivido, Héctor, parece salido de un guión de cine, me digo.

¿Cómo le tendré que llamar a Tanya? ¿Maestro? ¿Compañero? ¿Gran Masón? ¿Txurri?
Lo mismo se lo pregunto un día de estos en un correo; aunque, siendo rusa no sé si va a entender mi sentido del humor, hasta ahora parece que sí. Lo apunto.

Por lo visto he debido contactar demasiado para lo que hay, no es frecuente haber tenido tantos incidentes como los que he tenido en tan poco tiempo.
Le referí a Tanya lo de los críos de la calle. Según ella los tendrán localizados pero lo normal será que no sean relevantes. Por lo que entiende de mi descripción del suceso, el pequeño solo recibe y el mayor solo envía, de ser así no les van a ser de utilidad; les habrán dedicado una vigilancia de seguimiento, un control semestral o parecido.
   -¡Joder, pues habrá alguien dedicado a eso de continuo- le solté cuando me lo contó.
Ella, sonriente por mi grado de inocencia, contestó:
   -Aún no sabes lo que te espera.

Debo reconocer que no he tenido más ocasiones de conectar y que debo ser un novato integral. Ya me gustaría probar algo más antes de tener el primer encuentro real serio. Lo de hasta ahora no me ha parecido tan “peligroso” como me lo presenta.

Luego está la cuestión del resto de habilidades que, no estando directamente relacionadas con la conectividad, se trabajan en la logia, como complemento a la actividad de los agentes de campo.

La memoria de los recuerdos.
Algo así como una memoria fotográfica en la que puedes almacenar recuerdos: documentos, fotos, imágenes, un video corto o escena sea de película o real.
Éstos, una vez almacenados, los olvidas, incluso los abandonas queriendo, para que no te surjan sin querer, y luego los vuelves a recuperar aunque creas que los has olvidado.
Requieren bastante aprendizaje y, sobre todo, tus cualidades para ello. Tienen su técnica y sus trucos, como su almacenamiento en condiciones de excitación. Sea positiva o negativa.
Viene a ser un pen-drive que llevas olvidado en tu mente.
Parece un buen invento.


La caja fuerte.
Difícil de encontrar y más de abrir, donde se esconde “la gran mentira”.
Me explica Tanya que es una argucia de espías. Se trata de guardar tan bien un secreto que, cuando lo descubran, no quede más remedio que ser la verdad.
No te vas a librar de la fase de torturas previas, pero no vas a “soltar” lo que no debes. Vas a cumplir con lo esperado y “cantar” lo programado, sin meter la pata.
Lo entiendo pero no me gustaría pasar por su entrenamiento.
Se lo dejo a otros, más “duros”.


El refugio.
Cuesta entrar pero una vez dentro tiene una gatera para puentearlo durante diez segundos.
Se trata de abandonar tu cuerpo y refugiarte en un lugar donde estás solo. No te afecta el exterior, sea aislado en una celda o rodeado de personas gritando y pisándote. Has abandonado tu cuerpo y no pueden llegar a ti.
Controlas si quieres recibir información de lo que sucede fuera y conocer lo que sucede.
Los buenos, hasta pueden dejar su estado de abandono por unos segundos y retomarlo en las mismas condiciones, antes de salir de él definitivamente.
Nunca imaginarán que en tu estado hayas podido hacer algo; beber, robar un objeto, leer un documento.
No parece arriesgado, puede ser interesante.


La Manipulación de sentimientos.
Entrar en otros sin que se den cuenta y contarles cuentos a la oreja. ¿Hipnosis?
Algo de esto seguro que han hecho conmigo, lo pensé, pero no lo relacioné con la explicación de Tanya, ahora que lo rememoro parece que va en ese camino.
Tampoco me explicó mucho del cómo, lo dijo como si ya me lo imaginara.
Entras en el pensamiento de otro, le cuentas algo, se lo cree y actúa en consecuencia.
O sea, que en lugar de hipnotizar se lo cuelas sin que se dé cuenta y punto. ¡Joder tío!



Después de mucho insistir, no he conseguido liar a nadie para que me acompañe a Suiza, definitivamente me voy solo.
La fecha estaba sin definir, teníamos señaladas dos semanas, dentro de las cuales elegiríamos la más conveniente en función del tiempo, hasta hace dos días en los que tanto Néstor como yo hemos coincidido. Después de consultar varias veces al día en diferentes páginas web, la semana idónea ha sido clara. Tenemos una ventana de buen tiempo de jueves a miércoles con visos de ser segura, especialmente sin frentes de precipitación, solo paso de nubes altas .Las predicciones positivas, mejor algo nublado que todo sol, sol que calienta y funde la nieve y al día siguiente debido al frío de la noche se ha vuelto costra.

Néstor ha propuesto volver a un lugar conocido, donde estuvimos hace unos años, aquella vez escapándonos de las nubes y el viento, cuatro días de no buen tiempo, sin llegar a ser malo del todo vaya. El valle de Bedretto. Está al sur de Suiza, entre Ariolo (Tesino-Italia) y Andermatt (Uri- Suiza) en los llamados Alpes Lepontinos.

No me fío del estado de mi coche, son muchos kilómetros. Después de analizar las posibilidades me decido a pedirle el coche a un amigo, está empeñado en que me deja la furgoneta Volkswagen California nueva, así podré dormir a pierna suelta si no puedo seguir conduciendo. Solucionado, furgoneta nueva, blanca inmaculada y a olvidarme de un coche que me puede dejar tirado. Una cosa es hacer viajes medianos por los alrededores de casa y otra el salir a por 1.250 Km con prisa para llegar.

Salgo el miércoles 8 de marzo por la mañana, a las siete, después de 10 horas de cama de los que no he dormido todas, pero físicamente debo estar descansado, eso es lo que espero. Los nervios, otra vez más, me han ganado la partida.
Llevo el termo de café con leche y varias Coca-Colas, que no falte la cafeína. También llevo un buen surtido de galleras, dulces y saladas, para variar en algo. Esta vez le hago caso al navegador, que me propone ir por el centro de Francia, por el Macizo Central, hasta Lyon y luego sube hacia Basilea para terminar bajando a Baden, unos 50 Km de Zurich, donde me esperan N&N (Néstor y Nora).
Lo de venir en avión lo he descartado, ya lo hice una vez pero tiene un inconveniente, si esperas a decidir las fechas del viaje siempre te saldrá caro, y puede que incluso no haya plazas.

Llego a la hora indicada, después de haber decidido parar a dormir un par de veces, pero de no haberlo hecho. Llamo a bocinazos para que me abran el acceso al terreno que tienen a un costado de la casa y espero que salgan a ayudarme a meter los trastos en casa.
El recibimiento es de fábula:
   -Menos mal que llegas a la hora. Tenemos el tiempo justo de cenar e ir a dormir, mañana tenemos el despertador a las cinco.

Justo acabo de llegar y ya estamos bajo presión. Se supone que son vacaciones.
La cena ha sido de cuatro tenedores, me he relajado por fin y terminan atacándome el sueño y la tensión acumulada. Presiento que la cama a va a ser una buena compañía.

Las cinco de la mañana; suenan un par de despertadores, me han bastado diez segundos para levantarme, vaya trajín mañanero.
Hay que vestirse de luces ya desde casa, allá, donde vayamos a dejar el coche no habrá lugar ni oportunidad. Un desayuno gigante, aunque no tengas ganas hay que comer, lo vas a necesitar.
Reparto de material; aparte de lo mío me toca llevar un cordino de 7mm de 40m, 1 clavija para nieve (45 cm) y dos pitones para hielo, amén de dos vagas y tres mosquetones. Total 2,5 Kg más.

Para cuando salimos son las seis, pasamos por la variante norte de Zurich, donde en un pueblo, barrio o lo que le llamen a tres casas juntas cerca de otras por el estilo, esperan los demás de la salida, amigos de N&N, Mark, Paola y Carla. Nos dicen que acaban de llegar.
Besos, presentaciones, concreción de la ruta y salimos, vamos delante y ellos nos siguen.

Cruzamos Zurich, el tráfico parece ligero, vamos hacia el sur, Schwyz (sin vocales, ¡cómo coño se pronunciará!), Hospental, el túnel de Gotardo que parece no tener demasiado tráfico y ya estamos en la zona sur, Airolo, donde tomamos hacia el este, pasamos por Bedretto y llegamos donde la nieve es dueña de la carretera, All’Aqua, donde justo nos queda sitio decente para dos coches, los que vengan detrás tendrán que hacer maravillas en la nieve para dejar paso libre.

Son justo las ocho, vamos sobre el horario previsto así que no presiones Néstor.
Traíamos todo preparado pero es hora de ponérselo a la espalda y decidir qué vas a quitar porque con ese peso no se puede subir. Lo que más pesa pero es necesario es el líquido, quién sabe lo que va a necesitar beber y lo que vas a encontrar en el camino. Con todo el día por delante yo llevo casi dos litros. Voy sobrado de peso pero no puedo dejar nada, menos no puede ser, porsiacasos para tres días más.

Salimos carretera arriba, porque vamos foqueando por la carretera, la que sube hacia Nufenenpass, solo que está cubierta de nieve, a veces no se nota que bajo nosotros pueda haber una carretera, únicamente por los postes coloreados indicadores de altura de nieve que se elevan unos tres metros al costado, donde debe encontrarse la cuneta.

A las once estamos en el refugio Corno Gríes, a 2.338m, donde dejamos algo de peso, almorzamos y descansamos media hora; es donde vamos a dormir las tres próximas noches.
Una vez repuestas las fuerzas, hemos desayunado a las cinco y media, y con menos peso, salimos hacia un pico que queda a nuestro sudoeste, el Helgenhorn, de 2.837m, justo en la frontera con Italia, ambos países comparten la cima, o se la disputan. En teoría no es mucho desnivel y tampoco tiene dificultad técnica, si se sube sin prisa se llega pronto y sin problemas; el famosos vísteme despacio, que tengo prisa.
Tenemos el resto del día así que lo tomamos con calma, hacemos las paradas que haga falta, nos vamos turnando para abrir huella, miramos el mapa para no perdernos (y eso que tenemos el pico en frente de la nariz), y disfrutamos del día. Sol entre nubes y ligero viento, casi perfecto.

Para las dos estamos en el pico. Unas fotos y bajamos para ponernos al resguardo del viento de antes que, al estar más alto está un poco más travieso; además estamos parados y eso se nota.
La nieve está estupenda para bajar, mejor que para subir; se ha conservado bastante fría, ladera norte así que es normal. A las tres nos volvemos y a las cuatro estamos en el refugio.
No hay baños, duchas o esas cosas de la civilización, sin pagar extra, lo que tengas seco lo pones al sol, si lo hay, o en una habitación donde hay una estufa de gas apagada durante el día.
Resumen, te quitas el sudor de la cara en un hilillo de agua que cae de una fuente enorme y super moderna y pones la térmica (primera capa) a secar esperando que enciendan la estufa de marras. El resto del tiempo lo dedicas lo que puedas, sepas o se te ocurra.

Por mi parte, después de un rato de charla con los, para mí, nuevos colegas, me pongo a trabajar sobre los ejercicios de control. Llevo unos días relajado en este aspecto y en lo que va del día de hoy no me he acordado para nada del tema, la novedad me ha tenido ocupado.
Serán cerca de las siete cuando, en un estado de somnolencia, en lugar de ejercicios creo que me estaba quedando dormido, escucho una conversación. Al comienzo no entiendo nada pero le pongo gran atención debido a algunas palabras y nombres que me han llamado la atención; como medida preventiva pongo la mente en negro, se dice blanco pero es que lo que tiendo a imaginar es un fondo negruzco, según Tanya en algunas circunstancias, para cuando es de noche o estás en interiores, es mejor para forzar la invisibilidad.

Se trata de una charla de frases cortas y muy concretas, empleando un vocabulario duro, en plan despreciativo; no pinta nada bien. Poco a poco voy entendiendo más y es cuando se me ponen los pelos de punta.
   -Le hemos pillado a ese capullo. Se llama Héctor Montrondo, lo he visto en el cuaderno del Guarda. Es un federado de montaña español- dice una de las voces.
   -Pues mañana parece que tienen intención de ir al Blinnenhorn- contesta la otra voz.
   -Acabo de llamar al G.M. Mathius. No estaba y me ha atendido Bernard, valiente gilipollas.
   -¿Te ha solucionado algo esa rata?
   -Va a realizar algunas gestiones y me llamará.

Me quedo congelado, sin saber qué hacer. Intento razonar sin perder el fondo negro de camuflaje.
Estos cabrones, que creo saber quiénes son, me han cazado “in fraganti”, con la guardia sin montar, relajado después de un día de esos que hay pocos en la temporada de esquí, buen tiempo, buena nieve y mejor compañía.
Me quedo esperando más noticias, necesito saber a qué atenerme para hacer algo; presentarme no parece adecuado, quizá ignorar pero sobre todo intentar camuflarme, enseñarles lo que saben hasta ahora y tapar lo que, como ahora, no interesa que sepan.
Espero mantener en secreto que los he descubierto.

A los pocos minutos alguno de los dos parece que está contestando al teléfono, oigo algo de lo que escucha y casi todo de lo que contesta, seguro que lo trasmite para no tenerlo que repetírselo luego a su colega.
   -No, esa persona que decís no consta en ninguno de los registros de esos mamones hispanos, deberá ser nuevo, no lo tienen controlado o es muy importante y no lo divulgan.
   -¿Qué te parece que debemos hacer?
   -Protocolo operativo estándar, retenerlo hasta que lleguemos, he dado un parte al equipo de búsqueda y llegarán al refugio para el amanecer, si es que esta vez hacen las cosas bien de una puta vez. Vosotros no me falléis.
   -Tienen intención de ascender un pico y volver; han contratado otra noche de refugio y además, por esa ruta no tienen escapatoria sencilla. No creo que salgan antes de las ocho, si lo fueran a hacer se lo intentaremos evitar.
   -No me montéis un escándalo por media hora, intentad pasar desapercibidos. A cualquier novedad me llamáis, y haced el favor de no pensar, solo obedecer y ante la duda consultar.
   -¡Consultar!-exclama el otro- ese gilipollas de medio pelo quiere que le llamamos a cualquier hora para ponerse la medalla de haberlo capturado él, ¡¡¡Que le den!!!

Claro y definitivo; se impone una fuga bien planeada, pero no es este el lugar ni el momento para planearla, para pensarla. Salgo de mi letargo y me apresuro a buscar a Néstor, imagino que los conectantes estarán en su habitación.

Encuentro a Carla en el guarda esquís, revisando las tablas y el nivel de pegamento de las pieles de foca; a una de ellas hoy le ha entrado un poco de nieve. No quiero subir para no acercarme a “ellos” así que le digo si le puede pedir a Néstor que baje un momento.
Ella me mira extrañada, pero lo hace, y al minuto Néstor está con nosotros. Mientras le hago gestos con las manos juntas, como rogando, le digo, por si me oyen:
   -¿Salimos a echar un cigarrillo? Ponte ropa, anda
   -Voy con vosotros.-dice Carla, que también se viste para los bajo cero que habrá fuera. Éésta ha notado algo en mi reacción y está emocionada con la intriga. Algo con lo que combatir la espera a la cena.
Salgo con los dos pegados a mi cogote, si me paro se estrellan contra la espalda. No lo veo pero seguro que tienen una incógnita de tamaño A4 en el rostro. Pues no saben lo que les espera.
No me quedo junto al refugio sino que, pasando por los wáteres del exterior, me alejo y paro a unos cien metros, tras un montículo que nos protege de las miradas, si es que algo se puede ver en esta noche cerrada, falta algo para que comience a asomar la luna.

Le doy vueltas a cómo enfocar el asunto para que me crean que voy en serio pero sin contar nada de la historia, tampoco se la van a creer así, a bote pronto.
Se me ha ocurrido hacer un intento de conectividad, por si cuela, total no hay nada que perder y les planteo.
   -Mira Carla, voy a pensar algo y te lo voy a trasmitir mentalmente; tu intenta imaginar lo que puede ser.
   -Mira que sacarnos a jugar aquí cuando dentro se está tan calentito.-Responde pero accede.

Me acerco a ella, casi cabeza contra cabeza, y pienso algo que le pueda asombrar. ¡Y funciona!
No dice nada pero su cuerpo no miente, la expresión corporal es un lenguaje letal; su cara es el espíritu de la desorientación. Impresionada, seria, cara roja, mirada inestable.
Me acerco a Néstor y le digo al oído lo que he pensado. Me abre los ojos como platos.
   -Dime Carla. ¿Qué es lo que crees que he pensado?

Ella sigue sin hablar, dice que no ha imaginado nada, pero su cuerpo dice lo contrario.
   -Bueno, esta vez algo menos comprometido- le digo, a lo que ella también asiente.

En esta ocasión pienso algo más etéreo pero sin problemas para poder decirlo.
Como antes, se lo repito al oído a Néstor.
Esta vez Carla nos dice:
   -Algo así como que la ilusión es de color lila.

Néstor me pregunta con la mirada. ¿Qué cojones? ¿Dónde está el truco?
   -Néstor, dile la frase que antes ha creído imaginar, por favor.-Le animo.
   -¿Qué tal un polvo aquí, revolcándonos en la nieve?

Esta vez los ojos como platos son de Carla; no se atrevía a decir lo que ha creído oír antes, no fuera que se lo hubiera inventado de verdad. ¡Vaya corte si no era así!
Tengo a los dos a mi lado como si cada uno fuera un saco de abejas revoloteando en su interior..
   -Tranquilizaros un poco, por favor, es algo poco frecuente pero posible. Es el problema que tengo con dos de los que están en el refugio; les he oído tramando un complot y no me queda otro remedio que actuar.

Les hago una muy breve presentación de la conectividad.
   -Lo que te sucede, Carla, no es desconocido, pero de poco te sirve porque no puedes trasmitir, solo recibes. Hay poca gente que lo haga pero, sobre todo, hay mucha menos gente que trasmita, como te lo acabo de hacer. Éstos de dentro que digo trasmiten y reciben, como yo. No pueden saber si tú les oyes porque no se lo dices, no pueden confirmar que lo recibes, como he hecho yo.

Les doy un momento para que lo vayan asimilando y continúo.
   -Se han dado cuenta de mí porque me han pillando emitiendo pensamientos sin darme cuenta.
   -Y ¿Cuál es el problema?- argumenta Néstor.
   -Que son de una organización mafiosa y seguro que piensan que los he descubierto, cosa que es verdad. Han llamado a su mentor y van a enviar un grupo a darme caza, quieren llevarme detenido a su sede, no sé por dónde será; he interceptado la comunicación y debo largarme antes de que así sea.

Les cuesta creerme, asimilar la situación, así que les debo dar un empujoncito.
   -Vosotros creedme, por favor, me ayudáis a desaparecer y si luego era mentira no pasa nada, pero veréis que es verdad, mañana mismo. Ayudadme por favor, os pido un acto de fe, la ayuda desinteresada a un amigo. Si os preguntan algo podéis decir que he salido antes, que no podía dormir y que me cogeréis por el camino. No se lo contéis a los demás y así colará más fácil.
   -Néstor, esta noche, cuando hablemos de los planes de mañana, marcas en el mapa los puntos de paso obligados, y también en tu GPS, pero en el mío me pones los puntos clave para pasar por el Nufenenpass. Mi plan es remontar unos metros, tirarme hacia la pared de ahí adelante, bajar por la ladera donde menos nieve haya, la parte dura para no dejar huellas y retomar otra vez hacia el oeste, evitando bajar hasta abajo, vale con bajar a cota 2.000 para girar al oeste y subir.
   -Deberás estar antes de las seis en Nuefenpass si no quieres que te vean, sin encender la frontal.-Me dice Néstor.
   -Ya lo sé, la luna sale para las nueve, acaba de pasar a menguante y a las cuatro la tengo al este, iluminación a medida. Espero que no salgan antes, de lo contrario estoy perdido.
   -Conociendo a los grupos de rescate, ejército y particulares dudo de que comiencen a andar antes de las seis, me juego la cena de pasado mañana -Dice Néstor.
   -Voy contigo –dice Carla- necesitarás ayuda luego, para volver a Baden.
   -No te creas, conozco lo de después del fondo del valle, he pasado por ahí antes de ahora pero me vendría bien apoyo, moral y de toma de decisiones pero, no te quiero comprometer.
   -Da igual, pongo el despertador a las cuatro, en vibrador, dejamos todo listo y en dos minutos estamos fuera.-Me ayuda Carla.

Néstor nos mira, asintiendo con la cabeza, queriendo digerir toda la trama, algo duro para su educación suiza, programación, planificación, nada de improvisación. De vez en cuando ladea la cabeza, como los perros de adorno de antaño para los coches, esos que después de un bache tardaban unos minutos en dejar de mover la cabeza.
   -Vamos de vuelta para dentro que se van a mosquear, y esta noche tenemos que estar convincentes.

Cuando entramos en el comedor los colegas nos esperan a la mesa, donde tenemos sacada la cena, ni se han molestado en salir a avisar, vaya morro.
   -¿Un cigarrillo o un paquete?- me dice Nora, puede que de envidia de fumadora arrepentida.
   -No, si no te lo vas a creer, nos hemos perdido. Bueno, nos hemos perdido un poco.
   -Estábamos planificando lo de mañana, por dónde atacar la subida y nos hemos ido un poco lejos, luego Héctor se ha ido a hacer un pis y ha querido jugar a que se perdía, pero no ha colado.

Parece que está todo controlado, todo menos mis tripas que suenan en estéreo, y no es de hambre. ¿Otra noche sin dormir?
Tal como hemos acordado, Néstor comienza con el plan de mañana y entre medio de la sopa de verduras y la ensalada, que tiene col en lugar de lechuga, saca los mapas, el GPS, y comienza a trabajar. No es una mesa de comedor, es una mesa de trabajo.

Mientras tanto los colegas conspiradores están en una mesa del fondo, callados, al menos para mí, tampoco me parece que hablen entre ellos pero no me debo de fijar en estas cosas, me concentro en la comida y los planes virtuales de mañana, si pienso algo en voz alta será la información que sí quiero que reciban.

Antes de ir a la habitación todos hacen la última revisión del material de mañana, perfecto, aprovecho para dejar las focas puestas y Carla hace lo mismo, mañana no tenemos que perder ni dos minutos.

A las nueve estoy encima de la cama planteándome cómo conseguir no desvelarles el plan sin querer. Estoy tan preocupado que no puedo pensar, tampoco está mal pero no les ofrezco tranquilidad en caso de que se acerquen a indagar.
Hemos dejado un par de bolsas con trapos viejos que había en un trastero, para que parezca que es el material para la vuelta del pico. También he dejado la camiseta sudada de ayer, vieja y ajada, como si se debiera secar. Si cuela, cuela.

Nora lee con la frontal pero me ha dejado el MP3, vaya invento, no debo recurrir a ningún mantra para vaciar de contenido de pensamientos la cabeza, si la música es de tu gusto y dejar fluir la imaginación, salen cosas de los más disparatado.
Sé que no voy a poder dormir porque el estómago aún me cosquillea, y me vuelven ardores de la salchichorra con puré que nos han puesto de cena pero, gracias a la tranquilidad que me ha facilitado el MP3 y al rato me quedo dormido.

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