sábado, 30 de noviembre de 2013

24 De investigación. Kixkur.




Después de llegar a casa tras varias semanas fuera, lejos, nos hemos liado con el simulacro, y no he terminado de aterrizar del todo. Parece que voy a tener unos días para revisar lo que pueda haber dejado pendiente y tranquilizarme un poco.

He pasado por el curro para ver si me necesitan para algo y me ha entrado un poco de complejo de inútil. No me han necesitado, se han arreglado sin mí. “Ya te llamaremos cuando haga falta”. Por lo visto el mundo sigue en marcha si mí.

Me dedico a dar paseos por el monte, necesitaba ejercicio físico bajo música, y realizar algunas visitas que tenía pendientes.
Y así, sin otra cosa que resaltar, va pasando la semana, hasta que el viernes, cuando tenemos pensado ir a casa de Irina al mediodía y por la tarde por casa de mi madre. Le debo una visita; la llamé por teléfono pero aún no he ido. Me echará la bronca y tendrá razón.

Pero si tengo que pasar por su casa no es para verle a ella, no, es que tengo en mente algo a lo que he ido dando vueltas éstos días.
Algo a cerca de la conectividad debió dejar registrado mi padre, porque le gustaba escribir, con la ventaja con respecto a mí que tenía buena letra, la mía no es ni de médico, es como si una araña hubiera metido las patas en un tintero y luego se paseara por una hoja de papel. No la entiendo ni yo. Le achaco a que mi cabeza piensa más rápido que la velocidad a la que escribo, y si además el texto es largo me acelero y entonces es fatal, dejo dibujadas unas serie de rayas horizontales, la mayoría de ellas tachadas, seguidas del mismo texto. La misma palabra varias veces, y todas igual de mal.

A lo que iba. El viernes 18 de mayo repetimos el camino de ir andando a casa de Beñat e Irina.
Esta vez lo hacemos por el nuevo bidegorri que lleva de Herrera hasta Ategorrieta. Sin cuestas, pero algo más largo. No teníamos prisa y hemos tardado unas tres horas.
Por si acaso, esta vez llamamos por teléfono antes de presentarnos en la puerta de su casa.
Irina tiene el día libre y Beñat llegará antes de las tres. Nosotros nos presentamos a la una y media, así que me quedo jugando con Olatz mientras las dos hermanas se ponen al día de sus cotilleos familiares en la cocina.
Cuando llega Beñat encuentra a Olatz dormida en mis brazos. Llevo así un buen rato, de vez en cuando me pongo a escuchar lo que cuenta Tanya, pero sin demasiada atención, de momento nada que no sepa, lo hemos vivido hace unos días.

Lo que me sucede es que, con el lío del simulacro, tengo el regreso de Rusia como si hubiera sido algo de hace tieeeeempo.
La comida, para ser un día de labor y haberla planificado el día anterior, bastante bien.

Luego, por la tarde, algo tarde para el gusto de mi madre, paso por su casa. Primero un poco de charla, algunas de las aventuras por Rusia, pocas, y luego me paso a lo mío, a lo que me ha traído aquí. Le pregunto dónde guarda todo lo que escribía y guardaba “el aitá”, esos papeles viejos con los que pasaba horas.

Me saca las colecciones de sellos y monedas, pero no es eso lo que le he pedido, paciencia Héctor.
…-No “amá”, quiero los papeles viejos, esos que tantas ganas tenías de tirar a la basura. Dime por dónde buscar y lo haré yo. Tranquila, luego lo dejaré como estaba, o mejor, me los llevo y así tienes unos trastos menos.

Se le enciende una bombilla. En la parte superior del armario de la misma habitación, tras unos libros actuales, me enseña un par de cajas viejas, a las que no llega.
   -En esas dos cajas estará todo. No hay más. Si no está ahí será porque lo hemos tirado.

Montado en una nube de nervios me subo en una silla, que cimbrea, y alcanzo las cajas, de zapatos. Pesan lo suficiente para que haya bastante papel.
Las abro y veo lo que tanto esperaba. Blocs de anillas, de papel cuadriculado, tamaño A5, con bastante escrito y hojas sueltas con apuntes por doquier.
Varios sobres con papeles sucios y acartonados y algún sobre bastante hermoso y gordo con documentos oficiales, diplomas, certificados varios. A primera vista todo para tirar a la basura, pero lo voy a revisar detenidamente.

No la quiero molestar más porque veo que me mira raro.
   -Mira, me los llevo, y cuando los revise te los traigo de nuevo.
   -Mejor si los tiras a la basura, me ahorrarás un trabajo. Es lo que tenía que haber hecho hace tiempo. ¡Un montón de papeles viejos que no valen para nada!

Me aseguro de que no hay más cosas de estas en el armario, y al ver lo que hago me lo confirma.
   -Todo lo que hay está en esas cajas. Ya te lo he dicho. Tu hermano Jokin revisó el secreter de tu padre antes de que lo tiráramos a la basura porque estaba totalmente apolillado, y lo que entonces no se fue a la basura lo tienes ahí. “Papeles viejos”. “Su legado”.

Tanya hace esfuerzos para no reírse.
Le hacemos un poco de compañía mientras cena, y tratamos de desviar la conversación a otros temas; no está a gusto con lo de los “papeles viejos”.
Tengo distracción para esta noche.

A eso de las doce de la noche comenzaba a pensar que mi madre tenía razón, que no había nada que mereciera la pena y justo cuando estaba a punto de dejarlo me han aparecido pistas que, escondidas, a modo de títulos o comentarios raros me han llevado a interpretar o sacar conclusiones, y me han dado las tres de la madrugada sin darme cuenta, en un pis-pas.

Desde luego, esto lo he visto porque conocía a mi padre, cualquier otra persona no lo habría interpretado del mismo modo, no hubieran sido pistas.
Su sentido del humor, su modo de ordenar y organizar, su imaginación a la hora de poner nombres a las personas y a las cosas. Toso esto me ha hecho recordar a cuando, de críos, se inventaba cuentos. Me ha transportado a unos cuantos años atrás, a “La vida secreta de Txomin Montrondo”. (Aunque el nombre original era Alain, cambió a Domingo, Txomin, creo que por los setenta).

Sábado 19 de mayo. Me he levantado con sueño a las nueve de la mañana, pero es que no podía dormir con la intriga del resto de lo que puede haber en las cajas.
Desayuno rápida y atropelladamente y vuelvo a la sala, donde tengo desplegados todos los papeles por el suelo, mesa, sillones…
   -O sea, que no fue suficiente con revolver los papeles de mi madre y ahora te metes con los de tu padre.
   -¡Joder Tanya!, No sabes lo que he descubierto.
   -¿Qué no lo sé? ¡Si lo has emitido en banda ancha!
   -¡No me jodas que he hecho eso! ¿Habrá alguien a la escucha?
   -Creo que no. Yo por lo menos no he detectado nada.
   -¡Vaya fallo! Con la emoción he descontrolado. Espero que no me vuelva a suceder.
   -No, claro. ¡El gran Héctor no puede caer en los pecados de los mortales!

Para el medio día he sacado bastantes cosas en claro. Creo que lo más importante está, pero necesito contrastarlo.
Aunque sea sábado llamo a Kixkur; necesito que me ayude a poner en claro lo que tengo, antes de continuar con la investigación.
Lo que le adelanto por teléfono le suena a nuevo pero no le sorprende. Alguna explicación debía haber para ciertos misterios que le remontan a cuando era niño. El también está interesado en el tema y tiene la tarde libre así que lo que queda por decidir es si en nuestra casa o en la suya. Quedamos en ir nosotros, para después del café, yo es que aún no he salido de casa, y no sea que se vaya a caer cuando estoy dentro.

Para las cinco estamos en Oiartzun. Está solo; Zuriñe, una vez ha terminado en la peluquería, tarde, a aprovechado para ir de tiendas con unas amigas. Hasta le hemos venido bien, con Kixkur, como que lo de ir de tiendas no es lo mismo.
Se lo ha explicado a modo de excusa con un razonamiento aplastante:
   -Total, no me voy a enterar de nada. ¡Si al menos hablarais como dios manda!

Y la verdad es que va a tener razón con lo de las conversaciones. Siempre comenzamos en convencional, pero al ser quienes somos, nos sale el pasar al conectivo, porque, entre otras cosas, Zuriñe ya sabe lo de la conectividad, para ella no es un secreto, pero se queda a dos velas.

Le presento los datos y apuntes de mi padre y la conclusión. Kixkur y yo somos parientes.
Nuestros abuelos, mi abuelo paterno y su abuela materna eran hermanos. ¡Y franceses! ¡Jódete!
Lo último que esperaba oír es que fuéramos, o al menos yo, un “jodido gabacho”.

Kixkur conserva el apellido Aurillac, en cuarto lugar, claro no aparece en ningún lado. Pero mi abuelo debió cambiar el suyo, me imagino que por motivos de seguridad.

Descendemos de los hermanos Aurillac. Bastante buenos conectantes, quienes pusieron sus habilidades al servicio de la red “Comète”.
Esta organización, ayudaba a pasar a los aviadores aliados, la mayoría ingleses, la frontera desde la zona de San Juan de Luz en Francia hacia España, por el río Bidasoa, para luego, pasando tras la Peñas de Aya y posteriormente por Oiartzun, daban paso a Donostia para desde aquí encaminarlos hacia Gibraltar, y ya a salvo, enviarlos de nuevo hacia Inglaterra.

La red Comète, de origen Franco-Belga, fue muy activa durante los años 1.941 a 1.944. Un buen montaje de la resistencia que contó con mucha ayuda vasca, y de gente especial, como los conectantes, en este caso los hermanos Aurillac.

Nunca habían utilizado sus “poderes” a nivel vamos a llamarlo oficial, algo que no fueran juegos de casa, cuestiones intrascendentes, hasta que les propusieron trabajar ayudando a la resistencia.

Eran originarios de Montrond, villa cercana a Lyon, y mantuvieron su “comunicación” oculta, al resguardo de curiosos. Sus padres les enseñaron los posibles inconvenientes.
Se alistaron motivados por un amigo de sus padres, jefe de la resistencia de la zona, quien los puso en contacto con un maestro de Mauleon, quien les presentó el trabajo.
Éste conocía sus habilidades, pero no se la explicó a los demás. Les contó que al ser hermanos gemelos no les hacía falta hablar. Se lo imaginaban y luego resultaba verdad. ¡Lo que hay que inventar!

Se hospedaban en vera de Bidasoa, Navarra, para estar cerca de los contactos de la red, normalmente entre Hendaya y Biriatou en la parte francesa o Irún y Oiartzun en la española.
Tenían varios lugares establecidos para poder pasar a los fugitivos andando, por el río, donde se pudiera vadear sin recurrir a nadar y sin ser detectados por las patrullas españolas o alemanas.
Vincent se quedaba en la parte francesa y Michelle en la española, de modo que desde Francia pudieran conocer el estado del paso elegido.

Esto hizo que ella pasara buena parte del tiempo en Oiartzun, y de ahí su relación con el abuelo de Kixkur. En Oiartzun se casó, a finales de 1.941 y en adelante se quedó a vivir allá, integrándose de tal modo que pocos pensaban que pudiera haber sido francesa, o “de fuera”.

Lo que extraigo de la documentación que he encontrado por parte de mi padre, se complementa con las contestaciones que le da la madre de Kixkur, al planteárselas. Vive en el mismo edificio y son varias veces las que baja Kixkur a su casa en busca de más información.

En aquella época se miraba poco la actuación que pudieran tener las mujeres, como si los únicos que pudieran delinquir fueran los hombres; por este motivo, el apellido Aurillac, el de su madre, no supuso ningún inconveniente para la familia de Kixkur, y menos para éste.

El caso de mi abuelo fue bastante diferente. Una vez terminada la dedicación a la Comète, pasado algún tiempo en Atarratze (Mauleon), y algo más en Biriatou, pasó por casa de su hermana, terminando por venir a vivir en Rentería, (nombre de entonces).

Tras algunas indagaciones sobre la información de que disponía la Guardia Civil, que le facilitaron desde la parte francesa, sacó la conclusión de que le convenía cambiar de identidad. Era cuestión de tiempo que terminara en la cárcel.
El tema lo trataron con el entonces notario de Lyon, amigo de la familia Aurillac y activista resistente y conectante, quien falsificó una partida de nacimiento. De este modo, mi padre pasó a apellidarse “Montrond”.
Por una parte hacía referencia al lugar de origen, pero seguía siendo francés, así que el paso siguiente fue incluir una última letra, de modo que quedara castellanizado.
Lo explicaron inventando la historia de que mi padre nació en Francia porque sus padres en ese momento se encontraban allá, de temporeros, pero que en realidad eran españoles.

Debieron hacerlo bastante bien porque no recuerdo ninguna ocasión en que esto hubiera sido puesto en entredicho. Aunque siendo yo un crío puede que no me hubiera enterado si alguna vez hubo algo al respecto.

Conclusión, mi padre se estableció en Rentería y él sí que fue “kanpotarra”, de fuera. Pero no francés sino de ascendencia castellana, como la mayor parte de la inmigración de la época: Logroño, León, Salamanca, Cáceres.

Tanto el abuelo como la abuela no impulsaron el tema conectivo a sus hijos, creo que intentaron esconder el tema. Ellos lo habían utilizado durante años pero viendo los inconveniente lo cogieron bastante respeto, por no decir miedo.

Según reza en los papeles de mi padre, el sí que conoció el tema conectivo, porque aparece reflejado en uno de sus cuentos. Creo que el libro de cuentos lo escribió únicamente con ese motivo, para poder hablar del tema, de modo disfrazado, pero le daba motivo para hacer un cuento. Alguien que no conozca la conectividad no lo va a descubrir. Yo lo iba buscando y, conociendo su modo de relatar historias, voy sacando de entre líneas una gran información.
A este escrito lo he llamado “El Legado del aita”.

No he tenido el mínimo detalle o conocimiento de lo conectivo hasta hace unos meses. Kixkur por lo visto lo conoció con sus diez años, cuando en un viaje con su madre a Lyon, a casa de sus familiares, se lo detectaron.
Detectaron e inmediatamente tomaron medidas para esconderlo. Pusieron al corriente y adiestraron a su madre en lo que debía hacer para protegerlo, educarlo en la rápida desconexión, y solicitaron que hiciera un seguimiento de sus avances en el futuro, de modo que ya con unos años más se le pudiera enseñar lo más elemental para su seguridad. No sabemos cómo podía ver progresos sin alguien al otro lado de la conexión, pero así lo cuentan.

A partir de los 21 años, y tras un par de entrevistas con alguien que enviaron de Lyon, pasó a ingresar la lista de conectivos de la “Logia Ibérica”.

Estamos los tres tan enfrascados con los nuevos descubrimientos, atando cabos con detalles que ahora entendemos mejor, y, también es verdad, bebiendo unas cervezas, que no nos hemos dado cuenta de la hora que es hasta que ha aparecido Zuriñe que, con buenas palabras y modos, nos ha mandado a casa. Son las nueve y media, no sé si decir de la tarde o de la noche.
Nos despide con una sonrisa y un “Ya seguiréis mañana”.

Domingo 20 de Mayo. Ayer dormí poco, apenas llegaron a seis horas en la cama. Esta noche he estado ocho, pero de tiempo real dormido no creo que hayan llegado a cuatro. Tanya ha dormido por los dos pero de poco me vale.

Para las diez de la mañana recibo la llamada de teléfono de Kixkur, creo que la estaba esperando, pero esto no es conexión, ni pálpito, es que recuerdo lo emocionado que estaba ayer cuando nos fuimos.
   -Tenemos que profundizar en esto Héctor.
   -Y continuar con la investigación sobre el alcance de la organización.

En la conversación al teléfono no hemos empleado nombres ni dado detalles, no es una vía de comunicación segura. Acordamos el ir preparando una serie cuestiones a investigar, hacemos cada uno por su cuenta un listado de temas y quedamos en juntarnos de nuevo, para concretar el plan de acción con objetivos, medios y plazos.

Los invitamos a comer en casa, con la promesa de no sacar a colación el tema durante la comida, y nada de hablar en conectivo, a escondidas, tampoco vale.

No teníamos previsto tener invitados a comer así que no queda más remedio que acudir a alguna tienda que abra los domingos.

Con la excusa de cocinar, Kixkur y yo vamos contrastando lo que cada uno ha preparado. Tanya se ha quedado dando conversación a Zuriñe, así que está a dos bandas, su conversación y lo que le da tiempo a recibir de la nuestra, se está haciendo una experta en este tipo de conversaciones.
Para más Inri, Zuriñe se queda encantada de que hayamos cumplido la promesa. No es que esté en contra del tema conectivo, es que al no compartirlo se cansa enseguida del tema.
   -Es que a veces parece que no tenéis otro tema del que hablar.
   -Es que no nos gusta el fútbol-. Le digo, pero no se ríe.

Kixkur ha quedado en preparar un viaje a Lyon lo antes posible. Informará a sus superiores sobre parte de nuestras intenciones y éstos se pondrán en contacto con Lyon para facilitar nuestro cometido.
Lo de facilitarnos no me lo he creído del todo, me da mala espina; me huele a que hay gato encerrado. Lo de la vigilancia que percibimos en el aeropuerto tenía mala pinta, el cómo estaba enfocada, el porqué. Sé que tengo pocos datos para pensar así, pero no lo hago queriendo, deberemos ir preparados.

También, y sobre todo, hemos preparado entre los tres la información que vamos a facilitar, no nos deben pillar en un renuncio, debemos contar lo mismo. Es como si estuviéramos acordando un testimonio falso, o como aparece en las películas los abogados preparando las contestaciones de sus defendidos.

Estamos a lunes. Esta noche he dormido mejor; no porque no estuviera intrigado con el tema de moda, sino porque tenía una deuda de horas con Morfeo, y el cuerpo ha sucumbido a sus encantos. La Bella Durmiente” ha dormido diez horas, de tirón; no me extraña que tenga un cutis como el que tiene; suave, terso, descansado.

Kixkur llama a media mañana. “Vía Libre”. Han abierto dos frentes de investigación. Uno el oficial, entrevista con el Masonero Mayor, o como se le designe oficialmente al capo actual de Lyon. El otro frente ha sido a mediación de la madre de Kixkur, una tía suya que nos recibirá pero debemos mantenerlo en secreto; no nos deben relacionar con ella, por lo visto, es algo así como una disidente de la línea dirigente actual. Más detalles de disensiones en la Logia Gala.

Esto último es algo que ha interpretado Kixkur, no se lo han explicado muy claro y de ahí que no pueda concretar más. Conclusión, deberemos andar con cuidado, estamos avisados.
Debemos estar listos para salir en cualquier momento, puede que incluso mañana mismo.

Y así sucede. Martes 22 de Mayo. Al medio día hemos ido a despedirnos de Zuriñe y recoger a Kixkur. He pedido a mi hermano Jokin que nos lleve al aeropuerto de Biarritz. El plan es volver el jueves, pensamos que si las citas están concertadas nos vale con un día allá. Por si a caso nos han dejado la posibilidad de cambiar la fecha de regreso.
Nos han reservado dos habitaciones en un pequeño hotel familiar relativamente cerca del centro.
No tengo claro el con qué nos vamos a encontrar, lo veo algo siniestro, y no es que tenga un día negativo, no. Desde el comienzo algo huele a raro. Mal.

A media tarde, serán las 16:30 estamos ya en el aeropuerto de Lyon, en Biarritz no ha habido nada que resaltar, y nos encontramos con el “comité de bienvenida”. Las mismas personas de la otra vez. No sé por qué me lo estaba esperando, así que no ha habido sorpresa. Kixkur y Tanya me ha mirado casi al unísono, y les ha entrado la risa. A mí no me hace gracia.
Tal como hemos planeado, llegamos en “abierto”. Saben que venimos, e incluso el vuelo, así que mejor si no intentamos cosas raras. Somos unos inocentes Íberos que nada tienen que esconder. Un poco de teatro.

A Tanya y a mí nos cuesta poco entrar en el papel de jugar al escondite, llevamos algún tiempo con este tipo de situaciones y hemos practicado también en casa. A Kixkur le cuesta algo más.
Saliendo del conectivo le aconsejo a Kixkur.
   -Primero te lo tienes que creer tú, para que de ese modo se lo crean ellos y no vuelvan a planteárselo. Pero recuerda estar siempre dentro de la historia.
   -Y no andar conectando y desconectando cada vez que te despistas-. Apoya Tanya.

Volvemos a conexión y enseguida llagan hacia nosotros. Se presentan de una forma muy educada. Visto lo de la otra vez, están haciendo cuento, demasiado amables y educados.
Ante la maniobra de separarnos en diferentes coches, me voy en uno, dejando juntos a Kixkur y Tanya en el otro. Que piensen que son pareja; una maniobra de despiste, por si hiciera falta.

Hay cambio de planes. La salud del Gran Maestre no le permite recibirnos, ha tenido una recaída y, de momento hoy, nos recibirá el segundo en el mando.

He recurrido a la zona oculta de memoria para que no me lean en este momento. No puedo pensar esto de modo normal, podría incluir algo que no conviene que lo sepan.
He practicado con Tanya, sabiéndolo ella, y con Kixkur, sin saberlo él, y me voy a arriesgar a probarlo con éstos. Creo que su nivel es bajo y no debiera tener problemas, si me doy cuenta de algo lo abortaré y me tendré que inventar algún cuento chino.

Ésta zona tiene la particularidad de que, aun estando en abierto, la información de lo que se haga en ella no sale a antena. Mientras consigas estar en esa zona, no van a salir pensamientos sin querer; no te tienes que concentrar en no pensar o enviar sino en “estar ahí”. Es más sencillo, por lo que termina siendo más seguro.

También tiene la ventaja de no andar conectando y desconectando. Ésta maniobra es delicada de hacer si no quieres que lo noten. Puede pasar que te estén queriendo decir algo y tú habías desconectado un rato, para ocultar algo. Si estás en la otra zona, te llega lo de fuera y puedes decidir si salir de la zona o esperar un poco y contestar después. Puedes quedar como un maleducado, pero mejor eso a que te pillen haciendo trampas.

Esta utilidad me la presentó Tanya hace poco y me gustó. Me gustó y me costó, esperaba conseguirlo más rápidamente. He tenido que invertir bastantes horas.
Tiene también algunos otros trucos, sorprendentes para un novato como yo en el tema. Ella conoce muchos pero domina solo algunos. Y noto que le cabrea el que yo los vaya integrando en mis habilidades, así, de la noche a la mañana.
A veces me preocupa la frase que le oigo pensar, cada vez más a menudo:
   -Cada vez te pareces más a mi padre.

A lo que iba, a raíz del comentario del estado de salud de “Louis de Funes”, se me ha ocurrido que estaría de coña contar con una aplicación conectiva que indicara con un piloto rojo cuando te están queriendo meter una bola. Porque así es como lo interpreto. Dejemos que crean que cuela.

Con la excusa de que primero queremos controlar el hospedaje, ver que no hay problema, dejar el equipaje y pasar por el baño, nos los quitamos un momento de encima, directamente de encima porque sí que siguen en vigilancia conectiva. Son tres y siempre encuentro las tres señales en antena, y demasiadas veces dejando ver cuestiones que no vienen a cuento. Son torpes.

Pongo al tanto de mis conclusiones a Tanya y Kixkur. También acordamos que ellos dos harán algo de ruido, para llamar la atención sobre ellos y poder disponer yo de algo más de libertad; desviar la vigilancia. Ya les indicaré cuando lo necesite, si es que hace falta. Un por si acaso.


A eso de las siete de la tarde entramos en un edificio anexo al ayuntamiento de Lyon. Es tarde, muy tarde para Francia, lo que indica que va apareciendo la “cola” del “gato encerrado”.
Nos recibe un tal Philipe Rossignol, o algo así entiendo, con quien departimos más en conectivo que en convencional. Por mi parte mejor; Tanya y Kixkur controlan el francés, a mí me cuesta más. Efectivamente se trata del 2º de abordo.

Quien lleva la voz cantante, tal como hemos convenido, es Kixkur. También ha sido él el promotor de la visita; puntualmente le apoya Tanya.
Yo hago como persona de apoyo; siempre atendiendo pero participo solo asintiendo, sin aportar cosas nuevas y eso si las aporto, son cosas poco relevantes, dejando que Philipe piense que para eso mejor hubiera estado callado. Creo que voy consiguiendo que me menosprecie. Va bien eso de que no me tenga en cuenta para las cuestiones importantes.

Kixkur se interesa por todo lo referente a su familia y la relación conectiva. Nuestra pretensión es desarrollar la estructura, la rama del árbol genealógico y reflejar en él las habilidades conectivas de cada uno de los familiares, remontándose hasta donde se pueda, desde luego quiere llegar a las personas anteriores a su abuelo, de ése ya conoce algo.

Philipe tiene preguntas, pero se toma la molestia de no soltarlas todas, no debe enseñar la inquietud y las hace con cuidado, seleccionando para comenzar por las menos importantes. Por ello comienza interesándose por la presencia de Tanya, ¡como si no lo supiera!, y me deja a mí para otra ocasión.
Kixkur le presenta la realidad, Tanya es una colaborante Rusa. Su padre murió, desapareció, hace años y ahora vive con su hermana en Donostia. Fue mi descubridora.

Yo estoy notando los chirridos de sus goznes cerebrales que aparecen cuando me nombra. El control de conectividad de Philipe deja algo que desear, esperaba algo más de una persona con ese cargo jerárquico. Y no solo el lenguaje conectivo sino que también el corporal. Su cerebro bulle y él se retuerce inquieto; no es un movimiento notorio sino muy flojo, pero lo veo tan evidente que hago esfuerzos por no reír, me quedo con la sonrisa. Él piensa que tengo cara de bobo. Mejor.

Kixkur me presenta como nuevo y en fase de comienzo en el aprendizaje conectivo, con un potencial aún no definido. O sea, nada de nada.
El tío asiente, pero noto el humo y las chispas de su interior, su cerebro no es hermético. Su cara en esta ocasión es de póquer, pero su mente no. Y está cabreado porque no tiene la capacidad o nivel suficiente para indagar en mis pensamientos. Es torpe.

Supongo que conoce mi periplo, nuestro periplo ruso. Ése podría ser el motivo de la vigilancia. ¿Podrían saber que íbamos a pasar por Lyon? Si es así, es porque tienen contacto con nuestros perseguidores rusos, y esto es demasiado importante.

Esperábamos algo más hoy, ya que nos hemos reunido pero vemos que no están por la labor. Kixkur ha presentado nuestro plan de trabajo y como ya es tarde (¿No lo sabían al comenzar ala reunión a esta hora?) quedamos para mañana por la mañana, a media mañana (nada de madrugar no sea que podamos sacar algo en limpio). Si sucede que Louis de Funes está mejor procurarán que nos reciba. (Ya, a otro perro con ese hueso).

Miércoles 23 de Mayo. Tal como la tía de Kixkur tenía planeado, nos levantamos pronto, a las siete de la mañana, y nos reunimos con ella, Louise, en un apartado de la cocina del hotel. Ha dormido en el mismo hotel, son conocidos suyos, “Gente de fiar” nos comenta.

Hemos desconectado los tres, para que de ningún modo puedan copiarnos, y nos hace su relato, sobre “La teoría de la conspiración”. Es de mi escuela.
La Logia de Lyon está derivando hacia un camino ajeno al original. Están dando pasos para pasarse al sector “Privado”, es un modo de expresarlo. Cada vez están más presentes los argumentos de “Rentabilidad”, hay alguien, o varios, que quieren sacarle partido, cosa que no pueden hacer si trabajan en la logia a modo de ONG.

“Sacar rentabilidad a nuestras habilidades” es la frase que Philipe utiliza para dar a entender a sus seguidores que van a ver más dinero si siguen sus planteamientos, a sus órdenes.
“Basta de andar escondidos, como unos fugitivos”. Hay que trabajar como una empresa normal, allá donde se necesita un rescate, al precio que marque el mercado.

Es el eslogan, las ideas y normas que Philipe está fomentando en la Logia Lyonesa, consiguiendo cada vez más adeptos. El problema al que se enfrenta Louis de Funes quien hasta ahora ha logrado tener esto a raya, pero que ya no va a poder. Los años no perdonan, no es el que fue y no ha podido preparar o designar un sustituto de su línea. El 80% del conjunto está ya en el otro bando. No los más importantes, los de calidad conectiva, pero sí son muchos; corrientes, vulgares, pero muchos, lo que a la hora de decidir es lo que está importando.

La nueva línea quiere ganar dinero, dejarse de estar a la sombra ayudando en algunas, contadas, ocasiones, y trabajar. Llenarse el bolsillo y disfrutar. Y esta es la línea que preocupa a Louise, para quien se están “perdiendo los valores”.

Cada vez comprendemos mejor lo que estábamos sintiendo. Vamos atando cabos de lo que hemos visto. Sin una clara explicación como ésta, a saber cuándo hubiéramos llegado a ésta conclusión. Menudo lío en el que nos estamos metiendo.

Los tres nos quedamos con la cara a cuadros cuando Louise nos enseña los papeles que nos ha preparado y que inmediatamente extendemos sobre la mesa del desayuno.
Cuatro folios con textos, diagramas y alguna especie de gráfico o dibujo, símbolos de logias o así. Es bastante completo y a parte de textos hay nombres y direcciones. Me preocupa pensar en la importancia que tiene.
Sin intercambiar palabras, conectivas o convencionales, una mirada a los ojos y Tanya y yo nos ponemos a observar los documentos. Antes de medio minuto hemos terminado. Kixkur sabe lo que hacemos, a él no le da tiempo ni de concentrarse.
   -Louise, esto que has traído es peligroso, si no lo necesitas mejor lo eliminamos.
   -Si no os lo quedabais vosotros yo lo pensaba quemar. Esto lo he sacado de mi cabeza. Lo recuerdo perfectamente.
   -Tranquila, lo quemamos ahora mismo.
   -Vosotros quizá yo no he podido quedarme con nada-. Dice Kixkur. Nos hemos dado cuenta.

Por si acaso vamos a comprobar lo que dicen. Lo que sí debemos hacer es ocultar ésta información a los locales; relativamente fácil para Tanya y yo pero dudo de hasta dónde lo conseguirá Kixkur, no tiene horas o preparación. Habrá que arriesgarse, no hay tiempo de hacer cambios de última hora.
   -¡Kixkur!, ¡Olvídalo, olvida todo esto ya! Ya lo recuperarás luego-. Le medio ordena Tanya. Es porque así puede que le sea más fácil; cuenta con varias horas para el encuentro concertado.

Louise se va después las ocho, nosotros nos tomos nuestro tiempo y para las nueve estamos en la calle. Tenemos intención de ir paseando, de pesca. Y pican ya. Nos siguen. Nosotros hemos comenzado a dar a conocer la conexión a partir de las ocho, que vean que no nos escondemos. Ellos han enviado a algún no conectante. Será para que no lo podamos sondear porque se le ve hasta cerrando los ojos. Espero que lo hayan hecho queriendo, de lo contrario voy a pensar que son muy malos, o unos críos.

Para eso de las once y media volvemos a entrar en el edificio de ayer. Nos atienden enseguida, pero esta vez nos llevan a una sala de reuniones, añeja y elegante, de nuevo ante Philipe. Esta vez se encuentra con dos de sus leales, los siguientes en la escala de mando; no lo dicen, pero lo llevan escrito en la frente.
La primera noticia es que Louis de Funes no nos va a poder recibir, en lugar de mejorar ha empeorado. Esto ya lo esperábamos. Me apunto en la agenda mental el investigar al respecto. Para trasladar mis elucubraciones se me ocurre el comentario, que dirijo a Kixkur.
   -Pues va a ser una pena. ¡Si por lo menos pudiéramos verlo y estrecharle la mano! Aunque estuviera dormido. Es algo que luego puedes contar, ¡Yo saludé al Gran Maestre de Lyon!, aunque fuera cuando era ya una reliquia. Lo demás sería como ir a parís y ni siquiera ver la Torre.

A Philipe le gusta el enfoque que he dado, lo de considerar a Louis como “una reliquia”. No lo ha querido difundir pero lo he sentido, y creo que no lo ha notado. Su complejo de superioridad le impide ver la realidad. Se cree tan buen conectante que ¿Quién lo va a leer cuando no quiere? Se ve pronto como “Gran Maestre de Lyon”. ¿Nos invitará a su coronación?

Nos han facilitado datos de la situación actual de la Logia de Lyon y su entorno, que debiera ser casi la francesa. En ella aparecen clasificados los de la organización oficial y luego elementos sueltos que no quieren estar integrados. También aparece algún otro del que tienen conocimiento o pendientes de catalogar porque eran de paso.
Según nos informa, en su área de influencia no existe ninguna otra organización o facción.
Me parece que el número total es pequeño, solo en Lyon ya habrá ese número. No me lo creo.

Con respecto a la familia de Kixkur, y mía, nos facilitan pocos datos más de los que ahora tenemos. Ni la mitad de lo que nos ha facilitado Louise. No vamos a conseguir más, éste no es el camino y habrá que enfocarlo de otro modo. De todas formas, el objetivo primero está cumplido, lo de que Kixkur y yo somos primos está confirmado.
Tanya pone cara de contenta con la información, Kixkur reacciona a tiempo y yo reacciono algo más tarde, como si hubiera estado despistado, y de modo algo exagerado se lo agradezco también.

Me he fijado en todo lo que ha dicho, que es bastante espartano, y yo no aparezco, vale, no lo tendrán actualizado, ya pero ¿desde cuándo? Tampoco se nombra lo que no sea Francia. Y por descontar, Rusia no existe. Una mierda de información.

El amigo Philipe saluda a Tanya, tratándola como a una persona del montón, y es que además es mujer, y ¿qué pinta una mujer en un mundo de hombres? Esto se lo he pillado, ¡Valiente gilipollas!
Con respecto a mí creo que piensa algo parecido, lo que le han podido contar de Rusia es imposible, él mismo me conoce y es definitivo que soy un inútil integral. Mejor para nosotros.

Termina la reunión y resulta que tiene la gentileza de acceder a lo que he pedido, estrechar la mano a la momia. ¡No me lo puedo creer! Hasta vamos a tener suerte y todo. Ha caído en el anzuelo por culpa de su ego. El fardar del poder que tiene le va a perder.

Va a realizar alguna gestión oficial respecto a nuestra visita y la conveniencia dado el estado de salud del Maestre y nos contesta en unos minutos (vaya teatro que tiene el tío). Total que sí, pero solo entrar, saludar y salir, acompañados por ellos. Un minuto. Valeeeeeee.
Tanya que sabe lo que intento le sigue el rollo y le da coba. Kixkur reacciona y se une, luego lo hago yo, mientras intento hurgar en su mente, y no hace falta ser muy sutil, no se entera.

¡Eureka! ¡Sé dónde está el viejo; o dónde vive, o lo tienen, “custodiado, por su seguridad”.
Pedimos si la visita puede ser mañana por la mañana; ahora, después de comer, tenemos intención de hacer un poco de turismo por los alrededores, no necesitamos guías o cicerone, no queremos molestar, bastante nos han ayudado ya.

Lo de la visita vale, mejor mañana que hoy, lo de dejarnos por libre no les gusta pero no nos pueden obligar, no pueden tensar tanto la situación.
Acordamos en que pasen por nuestro hotel a las diez de la mañana. Si no fuera posible la visita nos tendremos que conformar sin ella.
En realidad lo que quieren es que nos vayamos ya, con una mierda de información. ¡Y un cuerno!

Salimos; comemos, solos, dejando escapar pensamientos para quien los pueda estar escuchando, frases de poco nivel, para que se tranquilicen y nos dejen en paz.
Al salir de comer nos separamos, como para ver escaparates, cada uno por su lado y me voy a alquilar un coche  por lo del turismo de la tarde.
El de la agencia, un listillo, me dice que no se puede alquilar medio día, que debe ser entero. ¡Dónde me habré metido! ¡Pues día entero, qué más dará! ¡Será por dinero!
Para las tres estamos en la carretera buscando una zona conectiva libre y poder confabular sin escuchas intempestivas; de modo que salimos pitando hacia el este.

Tanya pone en marcha el navegador del teléfono de Kixkur y vamos buscando el lugar donde tienen alojado a Louis. He entendido la calle pero no he llegado a pillar el número, bastante tenía yo con que no me descubriera el amigo Philipe. Sí que he podido ver una imagen del lugar, un edificio un tanto pintoresco, así que si pasamos por él seguro que lo reconoceré.

Hemos salido en dirección contraria para ver si nos podemos despistar, para cuando estemos seguros dirigirnos hacia allá. Parece que estamos libres, por lo que siguiendo las instrucciones del navegador nos acercamos a la zona. Pero está protegida, hemos encontrado conectantes a la escucha, pedimos a Kixkur que desconecte, por si acaso.

El plan es ir improvisando sobre la marcha, así que la imaginación al poder.
Pido a Kixkur que vaya despacio y me bajo junto a una tienda de deportes, entro en el establecimiento y compro unas zapatillas, camiseta y pantalón, discretos y baratos, lo que completo con una gorra, bastante hortera, pero de una visera enorme que me permite esconderme bajo ella.

Entro en el coche, me cambio y salgo de nuevo. Con éste disfraz seguro que no me reconocen.
Kixkur se conecta de nuevo y esta vez se ponen a charlar de cosas sin importancia, en abierto, y en cuanto sienten que son detectados, salen de la zona vigilada, dejándose ver claramente, dejando constancia de que se van y hacia dónde se dirigen, hemos localizado una plaza bastante concurrida que podría ser motivo para una visita turística.

Probablemente no nos hayan llegado a ver físicamente o habrá sido de pasada así que no debieran haberse dado cuenta de que falta uno.

Ya en mi plan de fotinero, me pongo a correr, buscando con exactitud la casa, percatándome de que la he pasado de largo y caigo en cuenta porqué, La he visto desde otro ángulo y la imagen la esperaba por éste, por donde voy corriendo. Es fácil corregir, sigo corriendo y voy eligiendo las calles con tiempo, la velocidad lo permite. Localizo una entrada por la parte posterior.

Se trata de una casa bastante grande, con terreno, rodeada de jardín y muro, muro en su mayor parte alto pero con lugares más bajos, algo más accesibles para entrar.

La puerta posterior, de servicio, parece cerrada, poco usada, pero la altura de esa zona del muro no es excesiva.
No detecto vigilancia conectiva; tampoco veo vigilancia electrónica, sean detectores o videocámaras, me extraña, así que necesitaré una maniobra de diversión; pero estoy solo.
Miro hacia las casas anexas, para ver en cuál puede haber gente en éste momento. Justo en la que tengo al frente, al otro lado de la calle hay alguien. Manos a la obra.

Creo que tengo la solución en la mano, una piedra del tamaño de una pelota de tenis. Me deslizo sigilosa y escondidamente por el callejón, hacia la parte frontal de la casa, calculo bien porque tan solo tengo un disparo, y lanzo la piedra con la intención de hacer ruido en alguno de los cristales del ventanal. He elegido el mayor, por si la puntería no era buena. Una puerta de salida al balcón con puertas de doble hoja, en el primer piso.
Es una puerta muy elegante, con cristaleras de pequeño tamaño para mi gusto, demasiados travesaños de madera. Ocho cristales por hoja de puerta. Mucha madera y mayor rigidez en los cristales, espero que los cantos de la piedra cumplan su cometido. Primero debo acertar en la cristalera, luego tiene que ser en un cristal, y en tercer lugar, hacer el suficiente ruido para que se asusten. Demasiadas condiciones para que salga perfecto.

Casi me desencajo el hombro con el esfuerzo, y eso que previamente he calentado un poco, pero el resultado ha sido espectacular. Vaya ruido que ha montado la puta piedra, aunque puede haberlo amortiguado algo alguna de las maderas. Pero un señor ruido, cristal con madera.

Antes de medio minuto he comenzado a oír voces altas, subidas de tono, en el interior de la casa. Alguien, suena a mujer, se ha puesto histérico (seguramente histérica).
En cuanto han comenzado los gritos he tomado carrerilla y saltado el muro posterior en su parte más baja y, me he pegado a una puerta que está ¡Abierta! Vía libre.

Desplazo la puerta, miro, entro y cierro de prisa. Estoy a la escucha conectiva, intentando averiguar dónde se puede encontrar Louis; siento que está aquí, tiene una fuerte personalidad conectiva. Debe ser él pero no sé dónde.
   -Aquí abajo, a tu lado.

Lo oigo en modo de susurro, espero que no haya sido mi imaginación. ¿Estará tan jodido?
Nadie más parece haberlo notado, por lo que entro en la habitación contigua; de las tres puertas entornadas que veo he elegido la primera, va a ser cuestión de suerte.
Como antes, me acerco en silencio, abro despacio, miro, entro y cierro de prisa.
A primera vista, la habitación parece pequeña pero tras dar unos pasos me doy cuenta de que en realidad es amplia. Está a media luz, bueno, más bien a poca luz. El ruido conectante suena a mi derecha, aquí mismo.

En una silla de ruedas me encuentro sentado a un viejo decrépito que me observa y sonríe.
   -Este viejo decrépito es el único que sabe que estás aquí. Un saludo Héctor.
   -Mis saludos Gran Maestre.
   -¡Calla y escucha con atención! No tenemos tiempo. No hables en convencional, y no hagas más ruido del que ya has hecho. Hay micrófonos por todas partes.
   -Soy todo oídos.
   -Estoy bastante jodido, aunque espero que sea algo temporal. Una crisis.

En poco tiempo me resume su situación y me entrega un sobre que saca de bajo la ropa.
   -Me tienes que dar tu palabra de que no vas a leer el contenido del sobre. Está lacrado y es para entregar en mano al Gran Maestre Íbero.
   -A Arturo Fernández. ¡Hecho!
   -Pero te falta prometer que lo vas a hacer así.

Hay que joderse. Creía que lo iba a engañar. A mí lo único que me interesa es su contenido
   -Si no te comprometes, y de eso me voy a dar cuenta, no te daré el sobre. Te conozco, pero lo que hay es importante y oficialmente solo lo puede ver él. Luego podrá hacer lo que considere oportuno, pero eso lo deberá decidir él.
…-Palabra de vasco.

¿Secreto? Ya, y una mierda. Esto es una prueba tío. ¡Que no me oiga!
Sonríe de nuevo, me lo entrega y se explica.
…-El contenido es una explicación de la situación actual en Lyon, los motivos que nos han traído hasta aquí y los posibles modos de evitarlo a tiempo en otros lugares. No te preocupes por mí, estoy viviendo de prestado. Incluso me puedo morir antes de que acaben con migo, pero como de eso nadie sabe vamos a actuar con normalidad, aunque en este momento me encuentro bastante mal, espero superarlo esta vez -. Y se toma un momento de respiro.
   -Por si no paso de ésta, aunque creo que he tenido momentos peores, quiero aprovechar la oportunidad para quedarme tranquilo. Si me tengo que morir será con los deberes hechos.
   -A sus órdenes Gran Maestre.
   -Os doy una hora para que desaparezcáis de aquí los tres. En ese momento comenzaré una interpretación teatral que espero os deje el suficiente margen para alejaros convenientemente. Te lo digo muy en serio, nunca pienses que puede ser suficiente. Tampoco hagáis algo que pueda ser evidente o premeditado. Improvisad y ser originales. Y marcharos ¡YA!
Me acerco a él, le doy un beso en la frente y me voy por donde he venido
   -¡Hasta la próxima, decrepitillo!

Salgo a prisa, sin fijarme en el jaleo que han montado en la casa de la pedrada y en la calle principal. La maniobra parece que ha dado resultado. La gente de alrededor no se pierde detalle, están todos esperando algo que no sucede.
Salto de nuevo el muro y me pongo a correr hacia donde los he visto alejarse antes a mis colegas. Desconecto un rato, por seguridad y un par de manzanas más adelante conecto de nuevo, suavemente para no llamar la atención.
   -Ya era hora-. Oigo decir a Tanya.

Los tengo localizados así que sigo corriendo, el disfraz me lo permite. En cuanto me ven les hago la señal de “Cerrar”. Serán las seis de la tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario